Columna


Ecos de la consulta

GERMÁN DANILO HERNÁNDEZ

28 de agosto de 2018 12:00 AM

Los resultados de la Consulta anticorrupción dejan numerosas lecturas y son susceptibles de analizar desde la célebre premisa del vaso medio lleno o medio vacío, dependiendo de cómo se le mire.

Haber alcanzado más de 11 millones 600 mil votos, es para muchos un hecho político de grandes dimensiones; para otros, el no haber llegado al umbral establecido implica una derrota que debería obligar a que se archiven o desechen los puntos consultados.

La contundencia de las preguntas en la consulta, asociadas al clamor histórico de la inmensa mayoría de colombianos contra la corrupción, fue factor motivante para que los diferentes partidos políticos aprobaran en el Congreso su realización y con ello la aprobación de los recursos que demandaba esa jornada participativa. No obstante, era un secreto a voces que no habría voluntad ni compromiso para sacarla adelante.

No fue necesario que las camarillas políticas, ni las organizaciones responsables del entramado de la corrupción se aliaran en una campaña de medios, discursos, tarimas y logística para contrarrestar la aceptación que evidenciaba la consulta. Algunos opositores, incluyendo dirigentes y líderes de opinión, se preocuparon más porque los resultados se capitalizaran políticamente por sus promotores para próximas contiendas y optaron por desacreditarlos, llamando a la abstención.

Como era de esperarse, la declaración de no votar la Consulta por parte del caudillo del Ubérrimo y sus posteriores mensajes direccionando su realización a supuestos intentos de agresiones en su contra, lograron respuestas a pie juntillas de muchos de los seguidores que moldean las decisiones a las señales temperamentales de su supremo.

Ello, sumado a la ausencia de los componentes convencionales de toda jornada electoral: incentivos en dinero o en especies, refrigerios, licor, transporte, etc., hacía presagiar un atronador descalabro de la Consulta.

Pienso que no todos quienes se abstuvieron de votar la Consulta son defensores a ultranza de la corrupción, ni todos los que la apoyaron son cerradamente pulcros y anticorruptos. Lo confirman algunas imágenes publicadas en medios de comunicación y en redes sociales de reconocidas figuras que marcaron 7 veces sí, pero que son un símil perfecto del diablo haciendo hostias.

La decisión del presidente Iván Duque de marginarse de la decisión de su partido para sostenerse en el apoyo que ofreció a la consulta desde los tiempos de campaña, pudo haber contribuido a que muchos de sus electores, independientemente de afinidades o malquerencias políticas, decidieran concurrir a las urnas.

Al final los resultados son un acontecimiento histórico y un hecho político que debería motivar al presidente Duque a dar muestras de verdadera independencia y de responder a los colombianos, incorporando los puntos de la consulta en su proyecto anticorrupción que cursa en el Congreso.

*Asesor en comunicaciones

 

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