Se aconseja impulsar dos procesos y políticas de Estado para catapultar la economía: la inmigración selectiva de cerebros, buscando fortalecer áreas específicas, especialmente la innovación; y los distritos de innovación, que son la base de desarrollos económicos más complejos y rentables.
En el Silicon Valley, por ejemplo, el 52 % de los inversionistas son extranjeros. Estados Unidos tiene una política clara y flexible para atraer, con excelentes condiciones y estabilidad, los mejores cerebros de cada actividad. Por eso avanza tan rápido.
En Colombia, solo el 0,04 % de la gente en nuestras empresas viene como inmigrante seleccionado y solo puede trabajar en nuestro territorio por seis meses, y después es muy difícil que puedan seguir. En Estados Unidos el 14 % del talento empresarial es de inmigrantes.
La política de atraer especialistas en exploración y explotación de petróleo mar adentro (offshore) es clave para que las empresas petroleras monten plataformas dentro del mar. En Colombia no tenemos suficiente gente preparada en esta actividad.
No es con milagrosos decretos o con acuerdos sobrenaturales que despegarán las exportaciones. Ya lo vivimos, Colombia firmó hace 4 años un Acuerdo de Libre Comercio con Estados Unidos, al mismo tiempo lo hizo Estados Unidos con México y Canadá. La gran diferencia es que mientras en México y Canadá triplicaron sus exportaciones hacia los Estados Unidos, en Colombia no pasó nada y por el contrario, disminuyeron.
Necesitamos políticas nacionales para que desde las mismas escuelas se construyan las mentes jóvenes innovadoras y exportadoras. Hay que educar para una vida empresarial y emocional exitosa, lo que requiere una motivación mental sólida para emprender sin tregua. Se calcula que para que el proyecto de un joven emprendedor sea exitoso, debe haber fallado 28 veces. En algunos países quien falla es sinónimo de fracaso y no se le permite volver a empezar, ni se le estimula en ese momento crucial. En los nuevos sistemas educativos se sabe que 6 de cada 7 intentos fallan, y hay que apoyarlos para que la gente se levante y llegue a ser exitosa.
También es importante crear zonas económicas especiales, como la Ciudad del Saber, en Panamá, que permitan potencializar la capacidad exportadora y atraer nuevas inversiones.
Tiene que ser el Estado a través de Colciencias, y las universidades, con incentivos y apoyo económico, que motiven a la gente a sacar adelante proyectos de alto impacto tecnológico con visión internacional.
En el Atlántico nos empeñamos en sacar adelante el distrito de innovación y se motiva a las universidades para buscar alianzas productivas, pero el verdadero salto cualitativo solo es posible transfiriendo conocimientos de inmigrantes seleccionados.
ginaaaron2810@gmail.com
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