Columna


De los Andes al Caribe

MÓNICA FADUL ROSA

08 de diciembre de 2016 12:00 AM

El Banco de la República ha sido una institución a la cual se le reconoce el responsable, técnico e independiente manejo de sus funciones constitucionales, al punto que ha desoído en muchas ocasiones los pedidos del Gobierno y ciudadanía, frente a la adopción de las decisiones que le competen. En estos últimos meses, seguro que el trabajo de las plañideras resultó un conato, frente al profundo clamor para que bajara la tasa de interés y así contribuir a reactivar el lánguido consumo.

Creado por la Ley 25 de 1923, con 10 millones oro de capital, en su casi centenaria existencia, lo han dirigido 13 valiosos colombianos de diferentes lugares del país. Bueno, no tan diferentes: mal contados, por 31 años antioqueños, por 45 años bogotanos, por 12 del Eje Cafetero.

Se apresta la Institución a escoger quién sucederá al doctor José Darío Uribe. Creemos que es la oportunidad para dar un gran salto, de los Andes al Caribe, y sea de nuestra tierra el próximo que acceda a tan alta distinción.

Me refiero a Adolfo Meisel Roca, codirector, persona que le ha aportado al Banco con sus conocimientos y diligencia desde hace varios lustros, ser humano de grandes merecimientos personales y académicos aquilatados con juicio extremo, que ha enriquecido su quehacer y en especial, ha hecho aportes científicos a la Región Caribe pues la ha estudiado con profusión y  profundidad y  ha destacado con consistencia su rezago histórico. Con su trabajo, ha contribuido a sustentar muchas de las acciones afirmativas del gobierno Nacional para revertir esta situación.

Formado en la Universidad de los Andes, tiene estudios avanzados en Economía Internacional del  Instituto de Economía Mundial de Kiel, una Maestría en Sociología de la Universidad de Yale, doctorado en Economía, Universidad de Illinois y un M.S. en Economía de la misma universidad. 

Quienes lo conocen convienen sin conflicto en definirlo como una persona serena, de recto proceder, racional, inteligente. Sin duda, calidades que deben acompañar a quien sea llamado a ejercer tal dignidad. El Caribe sería reconocido en la persona de Adolfo Meisel, si fuese elegido y desde dicha posición, continuaría prestando noble servicio al país. Él y el Caribe merecen,-sin que tal merecimiento deje de predicarse de los demás aspirantes, todos de gran lustre-, tener a uno de sus natales ejerciendo tan alta y comprometida dignidad del Estado.

Con independencia de lo que suceda la próxima semana, sería motivo de inmensa alegría que al momento de votar, los electores pensaran en su nombre, y así aportar al avance colectivo como sociedad, en el reconocimiento de que todas las regiones, en especial cuando las competencias existen, tienen el derecho a llegar al cargo. Lo deseamos y lo aspiramos.

*Rotaremos este espacio para mayor variedad de opiniones.

COLUMNA MÓVIL*
MÓNICA FADUL
monicafadulr@gmail.com

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