Columna


De ciertas platas

RUBÉN DARÍO ÁLVAREZ PACHECO

22 de septiembre de 2018 12:00 AM

Los propietarios de una empresa de transporte municipal en Marinilla (Antioquia), retiraron los equipos de sonido de sus vehículos, para que la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia (Sayco) deje de cobrarles por usar su música música.

Lógicamente, esta determinación provocó los reclamos de los usuarios porque los citados equipos de sonido no solo servían para escuchar música sino también noticias, mientras se va de un pueblo a otro.

Confieso que hasta ahora me entero de que los tentáculos recaudadores de Sayco ya estaban tocando las arcas de las empresas transportadoras, lo que aumenta un poco más mis interrogantes respecto a cuál es el destino dado a los dineros que recibe esa entidad por concepto del uso público de los fonogramas.

Sayco recibe dividendos por la música que programan las emisoras, las propagandas radiales y televisivas; las bandas sonoras de las cintas cinematográficas, los espectáculos, las discotecas, las terrazas, las cantinas, los restaurantes, Youtube, entornos digitales, rockolas, ringtones, bastones, música incidental… En fin, un monstruoso recaudo con el que se podría inferir que tanto compositores como músicos también son el receptáculo de holgadas liquidaciones que les permiten vivir decentemente de lo que más les gusta, que es hacer música.

Sin embargo, no dejan de conocerse casos de autores que viven y mueren en la más absoluta orfandad, después de haberle dado gloria a Colombia mediante creaciones que recorrieron el mundo. Eso, sin desconocer que muchos de ellos también tuvieron vidas desordenadas y poco acertadas para administrar las ganancias.

Pero encuentra uno casos como el del compositor sucreño Sandy Rico, autor de canciones como “Ayer la vi”, “El vendedor de rosas”, “La mamá de Claudia”, “Canto al amor” y “Dile que vuelva”, entre otras, que son parte del cancionero clásico popular de Cartagena y la Región Caribe.

Pese a eso, el autor dice llevar muchos años sin recibir ni media regalía, con todo y que esas canciones se escuchan en cualquier momento, no solo en esta región, sino el interior del país.

Sandy Rico cree que todo ese desconocimiento obedece a ciertas rencillas que tuvo con la entidad en tiempos pasados y que, a lo mejor, el no recibir lo que le corresponde es una retaliación de parte de Sayco, detalle este que la recaudadora nunca ha dado por cierto.

De todos modos, la situación de Sandy Rico es la misma de muchos compositores a lo largo y ancho del país, aunque no debe negarse que otro grueso número de ellos goza de los beneficios y las ganancias que normativamente ofrece Sayco a sus afiliados, sobre todo si sus obras tienen altas preferencias en los medios masivos de comunicación.

Pero la idea sería que todos recibieran los beneficios que les corresponden, según suenen sus canciones, y no que ocurra el caso de Sandy Rico, por más rencillas que un compositor haya tenido con la entidad en el tiempo que haya sido.

“Pese a eso, el autor dice llevar muchos años sin recibir ni media regalía, con todo y que esas canciones se escuchan en cualquier momento (...)”

 

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