La guerra comercial iniciada por el presidente Trump con China, México y Canadá abre unas grandes posibilidades de atraer nuevos negocios al Caribe latinoamericano, en especial para Colombia.
En atracción de inversión, es un axioma, la nivelación fiscal internacional.
Las empresas extranjeras, para llegar a una lista corta de ubicación, analizan con microscopio el “costo país” dentro del cual los impuestos regionales están de primeros.
Impuestos como el de Industria y Comercio, el predial y el de licencias de construcción, se causan por el valor de la obra, del inmueble o el valor de las ventas de manera independiente del valor de las utilidades de la empresa.
La Costa Caribe colombiana puede convertirse, rápidamente, en uno de los mejores lugares de América Latina en la atracción de inversión e importantes proyectos anclas a nivel internacional.
En la pasada Asamblea de la ANDI los gobernadores de Bolívar y Atlántico, acompañados de sus cámaras de comercio, de Probarranquilla e Invest in Cartagena, de la ANDI y de Procolombia le presentaron al ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, la propuesta de crear la primera Zona de Internacionalización Prioritaria del País, la cual fue acogida con entusiasmo.
La Costa Caribe colombiana tiene más de cincuenta puertos, 14 zonas francas, varias generadoras eléctricas y una moderna refinería.
El eje de esta propuesta para internacionalizar a la Costa Caribe es la nivelación fiscal internacional, para que todos sus municipios, partiendo de los distritos capitales, tengan un sistema tributario local tan competitivo como el que tienen las nuevas zonas económicas especiales de México o las 300 zonas francas esparcidas por todo el Caribe latinoamericano en especial en Costa Rica, Panamá, Guatemala, República Dominicana y Honduras, todas competencia directa de Cartagena.
Recientemente por iniciativa del gobernador Turbay, se realizó una evaluación de los estatutos fiscales de los municipios vecinos a Cartagena para homogeneizar sus impuestos y la mayoría de ellos cuentan hoy con exenciones fiscales competitivas. Es el caso de Turbaco y Clemencia.
Las exenciones propuestas, con un plazo corto de vigencia, tienen un extraordinario torque fiscal, al permitir por una parte tener el poder criptonítico de atraer nuevos proyectos y por la otra generar masivamente impuestos, por cuenta de estos nuevos negocios una vez se empiecen a disminuir o se finalicen las exenciones.
No puede pasarle a Cartagena lo que le ocurrió a Bogotá hace unos años, cuando las empresas se mudaron a los municipios vecinos para aprovechar sus nuevas exenciones locales.
Cartagena debe rescatar su papel histórico de la capital del comercio internacional y la llave la tiene su Concejo Distrital.
*Especialista en Comercio Exterior
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