Regreso a Cartagena después de una estupenda estadía en Miami, donde conocí a fondo los 9 más importantes jardines botánicos del sur de la Florida. Quedé maravillado con la ciudad y su arborización. Sus bulevares con separadores plantados con palmeras colosales y arbustos ramificados de menor porte, sus avenidas cubiertas por robles o higuerones como túneles, las autopistas delimitadas por paredes de uvita de playa frondosas alternadas con otras especies nativas que se cuidan solas, las numerosas zonas verdes con alamedas tupidas, los andenes y las casas con cercas vivas y plantas ornamentales coloridas, todas dan una sensación de bienestar extraordinario, convirtiendo hasta el trancón más tremendo en un paseo agradable.
En la historia del paisajismo norteamericano se destaca el concepto del ‘Collar de Esmeraldas’ que corresponde a un parque lineal en Boston creado por el famoso arquitecto paisajista Frederick Law Olmsted. Siguiendo este ejemplo nombro a Miami como la ‘Ciudad esmeralda’ por su exuberancia vegetal.
Tal calificación no es fortuita. Para lograrlo, existen cientos de hectáreas de viveros comerciales en el Redland District donde durante horas puede uno navegar por una cuadrícula de plantaciones de árboles y palmeras enormes, listos para ser “bloqueados” y transportados a su lugar de siembra, viveros especializados en follaje, otros en ornamentales, en frutales, con las plantas en sus materas dispuestas en filas infinitas, listas para tupir los nuevos proyectos urbanísticos de la ciudad.
Más importante aún en esta cadena son los ejércitos de jardineros, podadores, horticultores, fitopatólogos y arquitectos paisajistas, todos capacitados y con herramientas, maquinaria, insumos, tecnologías especializadas y disponibles en catálogos y tiendas donde la oferta es el sueño de regalo de navidad de cualquier trabajador del campo.
Pero nada de lo anterior podría existir sin tener la existencia de la más alta densidad de jardines botánicos públicos y privados del mundo, con sus programas de investigación, exploración, introducción y desarrollo de especies nuevas a la horticultura urbana, cursos de capacitación de jardineros, programas de educación a niños y adultos, gracias a la visión y apoyo de gobernantes y personas privadas.
En el Jardín Botánico “Guillermo Piñeres” trabajamos por cumplir con este papel fundamental en el proceso de transformación de la región, soñando con una Cartagena esmeralda.
*Director Fundación Jardín Botánico “Guillermo Piñeres”, Profesor Titular Universidad de los Andes.
santiago.madrinan@jbgp.org.co
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