Los bosques secos tropicales (BST), propios de nuestra región Caribe, tienen una estacionalidad climática donde una fuerte época seca condiciona la capacidad de supervivencia en este medio. En este ecosistema es frecuente ver plantas que pierden sus hojas durante la sequía (caducifolias), y que reverdecen con las lluvias. Es durante la época seca que el bosque se tiñe de colores, pues una estrategia adaptativa es producir flores dispersadas por los vientos que vienen con la sequía, para luego dar frutos. Así mismo, dominan plantas con hojas pequeñas, minimizando la evapotranspiración, y con espinas que protegen contra la herbivoría. Otras adaptaciones son las de árboles con corteza gruesa y rugosa, la cual parece dar una resistencia a los incendios frecuentes. En el BST habitan ca. 1,200 especies de plantas (incluyendo leguminosas forrajeras, ornamentales y frutales). En cuanto a la fauna, en él hay 230 especies de aves, de las cuales 33 son endémicas, y 60 especies de mamíferos, entre ellos el tití cabeza blanca, el puma y el lobo pollero.
El BST presta servicios ecosistémicos fundamentales como la regulación hídrica, proteger cauces de arroyos, retención de suelos y captura de carbono. Es a su vez muy preciado por parte de personas con sensibilidad ambiental como santuario de flora y fauna, permitiendo un turismo ecológico de alta demanda, o como elemento paisajístico, ofreciendo un espectáculo ‘thespesiano’, con un bosque dorado en la época seca y otro esmeralda en la de lluvias. Todos estos servicios repercuten en una rentabilidad económica importante, valorizando las tierras donde se encuentran o como fuente directa de ingresos.
Más del 92% del área potencial de BST del país fue intervenida por la agricultura y ganadería, la minería y el desarrollo urbano. Este tipo de ecosistemas no ha sido popular, pues su conformación achaparrada y espinosa suele confundirse con un rastrojo hostil, en contraste con la exuberancia de otros ecosistemas naturales.
El Jardín Botánico “Guillermo Piñeres”, de Cartagena, es la institución nacional e internacional líder en estudiar el BST del Caribe colombiano. En su herbario, con mas de 12.000 ejemplares, tenemos una valiosa fuente de información para estudiar la diversidad y distribución de la flora del BST. En su colección viva, de más de 500 ejemplares adultos, hay plantas semilleras propias del BST, muchas en peligro de extinción, con las cuales nutrimos nuestro vivero, promoviendo la conservación de la flora del BST mediante programas de restauración con especies nativas de importante valor ecológico y paisajístico.
santiago.madrinan@jbgp.org.co
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