Columna


Alimentatón, ¡colaboremos!

SALVATORE BASILE FERRARA

17 de octubre de 2018 12:15 AM

Cuando el padre Saldarriaga, director de la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO), leyó mi columna del principio del año cuando prometí que había emprendido una guerra total contra el hambre, como propósito para el año venidero, enseguida me agarró y me envió donde el director ejecutivo, Juan Carlos Buitrago, y me nombraron Coordinador Nacional de Comunicaciones, pro bono, naturalmente.

Y desde hace menos de dos meses tengo el orgullo de haber conseguido donaciones de más de 2500 kilos de arroz, trescientos kilos de lentejas, 200 kilos de pasta y harina, leche, cereales y azúcar, porque la verdad es que: ¿cuál coordinador de comunicaciones? Ya me volví el pedigüeño mayor, ya no saludo a la gente por su nombre sino con un: “¡Regálame un bulto de arroz!” Ya estoy cobrando una libra de arroz por cada foto que me piden.

Pero los números del hambre son tan escandalosos y la desnutrición infantil es tan vergonzosa que no me importa estar pidiendo, para eso son los amigos.

¿Qué son los bancos de alimentos? La ABACO es una organización solidaria sin ánimo de lucro, que trabaja para erradicar el hambre en Colombia, recibiendo alimentos que sobran en alguna parte, mejorando así la seguridad alimentaria y nutricional de las familias más vulnerables. Los bancos de alimentos atienden a 581.000 personas, impactando directamente su estado nutricional, garantizando su vida en condiciones más dignas.

La red de bancos de alimentos recupera al año más de 22.000 toneladas de alimentos aptos para el consumo humano, gracias a alianzas con agricultores, industria, redes de retal, centrales de abastos, hoteles, restaurantes y personas naturales que hacen sus donaciones en tiempo, dinero y especies. Deben contar con la logística requerida para la consecución, recepción, almacenamiento, separación, clasificación y distribución de los alimentos recibidos en donación.

Y adicionalmente, que cumplan los procesos misionales de gestión de donantes, productos beneficiarios y sus estándares de calidad relacionados con las buenas prácticas de manufactura y operación orientada a rescatar alimentos. En los bancos se salvan productos con fallas en su presentación, su fecha de vencimiento es cercana, tienen baja rotación, el estado de maduración exige pronto consumo; y las empresas desean que los productos lleguen a población que necesita el bien de manera segura.

Ayer, 16 de octubre de 2018, se conmemoró el Día mundial de la alimentación, y desde aquí le estoy pidiendo a todos los cartageneros que participen en el primer Alimentatón de ahora al 20 de octubre y hasta siempre, siendo una iniciativa en el marco de la guerra contra el hambre en Colombia. Todos somos responsables.

¡Colabore!

basilesalvo@gmail.com

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