Eso es lo que se ha dicho del sistema de transporte de Bogotá, al concluirse los estudios para la primera fase de Metro, que debe comenzar su construcción en los próximos meses.
Yo diría que se quedaron cortos en el estimativo del tiempo perdido, pues ciudades como Buenos Aires, ya contaban con ese sistema hace 100 años, y así lo hicieron muchas de las capitales del mundo, con poblaciones inferiores a Bogotá.
Todo esto, y que sirva de ejemplo a las demás ciudades colombianas, es el producto de la falta de planeación que no está en capacidad de medir impactos en el desarrollo urbano, para crear con anticipación las condiciones necesarias para atenuar los problemas que se generan por los crecimientos en la población y también en sus condiciones de vida.
En Colombia solo Medellín puede salvarse de este letargo, pues allí pensaron en Metro antes que cualquiera otra urbe, y lo más importante, lo construyeron. También pensaron en el tranvía, en el cable-metro, en el Transmilenio y en el tren de cercanías.
Hoy vemos a las demás ciudades del país totalmente enredadas en el tema del transporte público y atoradas en la movilidad, en donde el deterioro de la calidad de vida sale a flote por este concepto, es decir, los ciudadanos están cada vez mas desesperados y salir a la calle se convierte en un tormento que hay que padecer con todos los instrumentos de tortura involucrados.
La lección de Bogotá, la están viviendo todas las ciudades de Colombia con índices de crecimiento apreciables y no existen criterios avanzados que permitan hacer un análisis de la experiencia para construir los correctivos de largo plazo que permitan abordar el tema con responsabilidad y propiedad.
La movilidad es todo un complejo sistema de situaciones que involucra: vías eficientes, señalización, manejo de flujos vehiculares, sistemas de transporte adecuados, reservas de territorio para las necesidades futuras, cultura ciudadana y elaboración de proyectos de largo plazo con cronogramas de ejecución que permitan en el tiempo comparecer con las soluciones requeridas.
Hoy vemos a unas autoridades tratando de apagar incendios, generando medidas alocadas que después tienen que ser revocadas y trabajando sobre un caos inmanejable, por lo general sin expertos, en donde hace que la improvisación sea la característica general.
70 años de atraso le han sentenciado a Bogotá en este tema, y creo que esa cifra se repite en el resto del país, en donde la hecatombe es la característica general, al tratar de salir a la calle. Lo que en otras épocas llamábamos, el disfrute de la ciudad ¡qué va! Eso es historia patria.
EDUARDO DURÁN GÓMEZ
eduardodurangomez@yahoo.com
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