Invito a repensar sobre el nombre que le impusieron a esta ciudad en una época de profunda crisis existencial en sus habitantes. Es decir: saqueada, humillada, abusada y obligada a llamarse igual por su parecido a otra homónima de donde vinieron quienes nos cambiaron la historia.
Es una carta ajena. No es nuestra, no nos pertenece; y por años hemos arrastrado un cúmulo de maldiciones generacionales que desde ese nombre no hemos podido saborear el verdadero progreso en sus gentes. Es como si estuviera marcada para siempre vivir en desgracia y miseria.
La historia de Cartagena está incompleta o mal relatada, porque no se ha dicho la verdad sobre el origen de nuestras desgracias y desconocerlo es como negarnos de donde somos.
Invocar diariamente los espíritus que identificaron en vida a nombres como Pedro de Heredia y Blas de Lezo, entre otros, es mandar un mensaje equivocado a las nuevas generaciones, por lo que representaron para esta ciudad, que más que bien nos hicieron el peor de los daños que hoy vivimos con creces la herencia de la corrupción y demás. Es hora de abrir un debate serio y profundo para cambiar este nombre, que es sinónimo de desgracia. No nos merecemos más seguir llamándonos Cartagena.
Nombre:Ángel
Apellidos:Thorrens
Cédula:73071135
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