Jemma Doran, una joven estadoudinense, soñaba con bajar de peso. Entonces decidió ir al gimnasio y empezar una estricta dieta. Los resultados se veían reflejados en su cuerpo. Ella pensaba que se trataba de su constancia.
Lo que no sabía Doran, era lo que se escondía detrás de su delgadez. Un día acudió al médico debido a un fuerte dolor que sentía en sus amígdalas, así fue como se enteró de su grave enfermedad.
Los médicos le confirmaron que tenía cáncer en las amígdalas y que no había nada que hacer porque el tumor ya le había alcanzado un pulmón.
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