Las autoridades ucranianas mostraron el martes ante la prensa a dos soldados rusos presuntamente capturados en el Este separatista y ahora hospitalizados en Kiev, para intentar probar la implicación de Moscú en el conflicto.
Los servicios secretos ucranianos (SBU) invitaron a varios medios internacionales y representantes de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), de la Unión Europea y de la ONG Amnistía Internacional para que conocieran a esos presuntos militares.
La cita era en un hospital militar de la capital de Ucrania, donde los dos hombres fueron presentados por el gobierno de Kiev como soldados de las fuerzas especiales, mientras que Moscú afirma que son exmilitares.
Vestidos con pijamas de color castaño, el capitán Evgeni Erofeiev y el sargento Alexander Alexandrov se hallaban en habitaciones separadas, donde fueron visitados por los medios de comunicación, ante la presencia permanente de los servicios de seguridad.
Uno de los prisioneros se ocultó el rostro mientras hablaba con los periodistas. El otro dijo que echaba en falta a su esposa y sus padres, pero rechazó confirmar o desmentir si servía en el ejército ruso, como acusan las autoridades ucranianas.
Antes de los periodistas entraron siete representantes de la OSCE, de la ONG Amnistía Internacional y de la Unión Europea, que no hicieron ningún comentario al salir. Los pasillos estaban vigilados por tres encapuchados de civil y dos oficiales de uniforme.
Según el ejército ucraniano los dos hombres, hospitalizados después de haber sido heridos en combate, pertenecen a la "tercera brigada de las fuerzas especiales rusas, con sede en Togliatti", a 800 km al sureste de Moscú.
El ministerio ruso de Defensa desmintió mediante un comunicado esas afirmaciones y aseguró que ambos hombres "ya no formaban parte de las fuerzas armadas rusas en el momento de su captura" el sábado, cerca de la localidad de Shchastia, ciudad bajo control de las tropas ucranianas, no muy lejos del bastión rebelde de Lugansk.
Es la segunda vez que Kiev anuncia públicamente la captura de soldados rusos. En agosto, una decena de paracaidistas rusos fueron capturados en el Este ucraniano. El presidente ruso Vladimir Putin afirmó simplemente que se habían "perdido" mientras patrullaban.
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