El presidente Barack Obama dio a conocer uno de los cambios más radicales al sistema migratorio estadounidense en décadas, con el que protege a millones de personas de la deportación.
Entre quienes se sienten aliviados están una mexicana en Birmingham, Alabama, que por poco no cumplió con los requisitos de un aplazamiento en 2012 pero que ahora puede solicitarlo porque tiene tres hijos nacidos en Estados Unidos, y un par de hermanos de nueve y 11 años en Tucson, Arizona, que pueden quedarse en el país, bajo normativas más generosas para los inmigrantes que llegaron a territorio estadounidense cuando eran niños.
Se espera que cerca de cinco millones de personas sean beneficiados por las medidas esbozadas el jueves. Pero cerca de seis millones de personas que viven en Estados Unidos sin autorización legal quedarán fuera.
Muchos que fueron deportados recientemente tampoco serán favorecidos por las nuevas medidas.
The Associated Press entrevistó a inmigrantes en todo el país, y algunos en México, en busca de ejemplos de ganadores y perdedores por las medidas.
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GANADORA: Reyna García, de 32 años, que estuvo cerca de cumplir con los requisitos del aplazamiento de Obama de 2012 que permitió que cientos de miles de personas que llegaron a Estados Unidos siendo niños permanezcan en el país. Su error fue conseguir empleo en una cuadrilla de limpieza en lugar de inscribirse en una secundaria. El programa de suspensión temporal de deportación exige que los solicitantes acudan a una secundaria o hayan culminado sus estudios.
La mexicana ha vivido en Alabama durante la mayor parte de los últimos 17 años y sus tres hijos nacieron en Estados Unidos. Los padres de ciudadanos estadounidenses o de residentes legales que han estado en el país por más de cinco años son candidatos al programa.
Su hija mayor Yulexi Plata, de 14 años, dijo que será un alivio para sus padres vivir sin el temor a ser deportados.
"Si han estado aquí por todo este tiempo, ¿por qué no más (tiempo)?", preguntó.
Pero García está preocupada por el hecho de que no cumplió con los requisitos en una ocasión.
"Tengo el temor de que me falte algo de nuevo. ¿Cuál podría ser el problema esta vez?"
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PERDEDORA: Liana Ghica, de 49 años, es una abogada rumana que llegó a Estados Unidos en 2001. Tiene trabajos inestables limpiando casas y como tenedora de libros en el área de Los Ángeles.
El hijo de Ghica estudia en la Universidad de California en Los Ángeles y puede permanecer en el país bajo el programa de suspensión temporal de deportación para inmigrantes que llegaron a Estados Unidos siendo niños. Sin embargo, sus padres no cumplen con los requisitos del plan del mandatario.
"Es una bofetada", dijo Ghica. "Personalmente, creo que (Obama) nos afectó todavía más con esto".
Ghica llegó al país con una visa y una oferta de empleo que no se concretó. Se quedó en Estados Unidos, dijo, para darle a su hijo una oportunidad de vivir el sueño americano.
*NOTA DE ELLIOT SPAGAT.
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