Jugando como en casa no fuimos capaces

Aficionados de Colombia

Los aficionados de Colombia salieron decepcionados luego de la derrota ante Japón. // EFE


CARLOS CABALLERO

Mar, 06/19/2018 - 19:35


Y olé, olé, olé que mi Colombia vencerá. Y olé, olé, olé, olé que mi Colombia ganará.

Los alrededores del estadio de Mordovia de Saransk desde bien temprano se pintaron con el amarillo, azul y rojo. Una vez más de local. Sí. De local, como en el Mundial de Brasil 2014.

Colombia-Japón se inició con el mejor del entusiasmo en la previa. Desde ahí se empieza a ganar. Por cada 80 colombianos habían dos japoneses en las calles. Y ese juego en las tribunas ya se sabía que lo ganaríamos. Pero en la cancha, que es donde se sacan los triunfos, había que ratificarlo.

Ni siquiera la no presencia de James Rodríguez en el terreno de juego disminuyó el entusiasmo de los más de 25 mil colombianos que asistieron al juego ante Japón.

James no estaba, pero sí otro grupo de gladeadores, que emujados por 50 millones colombianos, dejarían todo para sacar los tres primeros puntos.

Entonces, los colombianos entonaron las notas del himno nacional y fue increíble. Con emoción, pasión, amor y desde lo más profundo del alma se le envió un mensaje a los jugadores de José  Pékerman.

Radamel Falcao García ganó el sorteo, hubo que cambiar la cancha, ‘El Tigre’ (capitán) así lo pidió.

El goleador histórico de Colombia cumplía un sueño, ese que buscó con dedicación y entereza durante toda su vida y que ayer, a las 7 de la mañana, hora colombiana hizo realidad.

Rodó el balón y el público de inmediato jugó su partido desde la tribuna. Los cánticos no cesaban, el grito de Colombia, Colombia, Colombia era la gran constante.

Pero al minuto dos se vino un balde de agua fría. Dávinson Sánchez se enredó en el fondo, la pelota le quedó servida a Shinji Kagawa, quien pateó y Carlos Sánchez metió la mano. Penalti y expulsión del jugador.

Kagawa tomó el balón, engañó a Ospina, le cambió la trayectoria y gol de Japón. Ese fue el 1-0.

Pero a los 37 se vendría un canto de emoción en este recinto. Cobro de tiro libre y Juan Fernnado Quintero la mandó adentro para que el estadio estallara de la emoción. Golazo, en una acción inteligente del diminuto jugador que le permitiría a la tricolor tomar un nuevo aire.

En el complemento, en las tribunas siguió el respaldo de una hinchada que había viajado miles de kilómetros para ver ganar a Colombia en el Mundial. 

A los 57 ingresó James Rodríguez por Quintero y el aplauso en las tribunas se escuchó en toda Colombia. No solo para agradecer a Quintero por el gol sino para darle ánimo al crack y referente colombiano para que ayudara a sacar la victoria adelante.

Pero Yuya Osako, a los 72, se levantó tras tiro de esquina y marcó de cabeza el 2-1 a favor de Japón. Entonces, el silencio fue total.

Colombia se asomó con James, Bacca y Murillo, pero no pudo meterla. Al final, el cansancio les ganó.

El triunfo fue para Japón que celebró a rabiar. La hinchada colombiana se fue triste, pensando eso sí que en el segundo juego vendrá una victoria que les permita seguir con vida en el Mundial.

“Aquí no ha acabado nada, hay que dar la pelea, vamos con todo”, dijo un aficionado a la salida del juego.

 

El "Cole" siempre ahí

Gustavo Llanos, el popular “Cole”, quería ver ganar a su equipo del alma. Es el hincha más representativo de la Selección Colombia, nunca le falla, siempre está ahí, acompañando a su equipo amado, pero esta vez no pudo celebrar.

“El Cole” se trepó en las barandas con su vestimenta de águila, movió sus alas una y otra vez para animar a los pupilos de José Pékerman en su primera salida.

Nunca dejó de animar a la tricolor, como siempre , estuvo ahí gritando esperando que llegaran los goles que dieran la victoria. Pero ahora, como a 50 millones de colombianos, le tocó perder.