La emoción se sale del corazón con la caravana

COLPRENSA
BOGOTÁ
6 de Julio de 2014 11:17 am
  • La selección Colombia fue recibida con un multitudinario homenaje. // COLPRENSA

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Más de 50 mil corazones de colombianos rebosan patriotismo en estos momentos en la Avenida El Dorado de Bogotá. Ellos lo hacen al compartir la emoción y alegría que les da ver a los jugadores y al cuerpo técnico de la Selección Colombia que llegó en la mañana de este domingo al país.

Desde muy temprano los predios del aeropuerto se empezaron a llenar con la presencia de personas de todos los lados del país, que con banderas, camisetas y vivas, anticiparon lo que sería el multitudinario recorrido que llevaría a la caravana hasta el Parque Simón Bolívar.

Pasadas las 8 y 30 de la mañana, el bus descapotado, que es usado para que los turistas recorran la ciudad, salió del terminal de Catam y, de inmediato, lo único que vieron los nuevos héroes del país fue un mar de gente que gritaba a rabiar con emoción, agradecimiento y patriotismo.

El recorrido de las primeras cuadras fue casi que interminable porque de todos los lados aparecieron niños, hombres, mujeres a quienes le unía un solo propósito saludar a los mejores colombianos que tiene la patria por esta época.

No pasó mucho tiempo para que les llegaran a sus manos banderas, camisetas y otros elementos alusivos a ellos para que los firmaran y se los retornaran a los emocionados hinchas que buscan en sus rúbricas el gran premio.

El bus avanzaba poco a poco y, a su alrededor, había una guardia de agentes de la Policía que les protegían y tuvieron que ir trotando todo el camino desde el aeropuerto hasta el parque Simón Bolívar.

Con el paso de las calles la mancha tricolor era más grande, y la emoción tanto de los jugadores como de los compatriotas emocionados crecía más y más. Uno de los más impactados gratamente por lo que estaba pasando fue el propio técnico de la selección, Néstor Pékerman, quien durante todo el camino llevó en sus manos la bandera de Colombia y la batía con mucha emoción, lo que llevaba a que los gritos de los hinchas fueran más furibundos.