Colombia: más que una pasión

Carlos Caballero V.
BRASILIA, BRASIL
19 de Junio de 2014 03:21 pm
  • Los aficionados hicieron que Colombia se sintiera como local en el estadio Mané Garrincha de Brasilia. // AFP PEDRO UGARTE

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Ese deseo reprimido, cargado de muchas frustraciones, tras 16 años de ausencia de la cita mundialista, fue expulsado por segunda vez en la Copa Mundial de Brasil, en esta ocasión en el estadio Mané Garrincha de Brasilia, en donde miles de seguidores colombianos armaron la fiesta desde muy temprano.

"Y ya lo ven, y ya lo ven, somos locales otra vez", se escuchaba una y otra vez en el camino hacia este hermosísimo estadio, con capacidad para 72 mil personas.

"Aquí en Brasilia... nadie nos gana... porque esta fiesta es colombiana..", coreaban una y otra vez antes de entonar las notas del himno nacional, en un canto que se escuchó en toda suramericana. Con el alma, con fuerza, con sentimiento patrio, así se volvió a cantar. Miles volvieron a llorar de la felicidad, en un sentimiento único e indescriptible que no tiene comparación.

Empezó el juego y con él se encendieron las ilusiones de los 44 millones de colombianos. Entonces, los cánticos de apoyo a la selección nunca cesaron, la tradicional ola le dio la vuelta al estadio de Brasilia, en el que a los pupilos de José Pékerman se les veía motivados por el apoyo recibido. La fiesta era colombiana.

Los hinchas colombianos no pudieron cantar ni un solo gol en la primera parte, en la que tuvieron un par de opciones. Terminó la primera parte igualada a cero goles y los aficionados recargaron baterías para seguir apoyando con alegría una selección que los pone a soñar.

La celebración llegó a los 64, tras el golpe de cabeza de James que dejó sin chance al portero Boubacar Barry. El público estalló en júbilo, cantó a todo pulmón el cuarto gol de Colombia (segundo de James) en esta cita orbital.

Luego vino el segundo del pequeñín Juan Fernado Quintero a los 70 y el delirio fue total. Sin embargo, tres minutos después, la hinchada se angustió mucho con el descuento de Gervinho.

De ahí en adelante esta Colombia fue puro corazón, entrega, pundonor y garra. El público nunca dejó de apoyar a la selección y al final celebró hasta el cansancio ese triunfo.

Alegría total entre los colombianos que otra vez se hicieron sentir en la tierra del Rey Pelé, en donde nuestro país, de verdad verdad, juega como local.