Nigel Hayes de 20 años, jugador universitario de baloncesto de los Estados Unidos, aprendió una valiosa lección en el mundo deportivo: nunca dejes el micrófono abierto.
Mientras se encontraba con otros compañeros de su equipo dando una conferencia de prensa, era el turno de la periodista Debra Bollman de hacer su pregunta, sin darse cuenta que el micrófono estaba abierto, a Hayes se le escuchó decir : “Dios, que hermosa es”.
El resto de periodistas que estaba en la sala le hicieron saber que escucharon lo que dijo y el jugador no pudo evitar sonrojarse.
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