Columna


Kandanga del “perreo”

CARLOS DÍAZ ACEVEDO

03 de junio de 2009 12:00 AM

CARLOS DÍAZ ACEVEDO

03 de junio de 2009 12:00 AM

Además del material publicitario sobre “un servicio internacional de introducción a extranjeros”, distribuido a mujeres jóvenes por un hombre adulto ajeno a la movilización, la Kandanga Social Afrocaribeña del pasado 21 de mayo, día de la afrocolombianidad, tuvo otras fallas que se deben corregir para que esta sea verdaderamente una actividad para la movilización, protesta, reivindicación y exigibilidad, como la proyecta uno de sus organizadores, el Cabildo de Integración Social Afrocaribeño Gavilaneo. Siendo una propuesta de movilización social, la Kandanga Afrocaribeña tiene aún mucho de escolar y poco de social, le hace falta la participación de más líderes y organizaciones sociales (ambientales, comunicativas, culturales, económicas, políticas y religiosas) que lleguen a la plaza pública y se vayan de ella a la hora que es y por sus propios medios; que porten sus camisetas, consignas y mensajes diversos; que no se cansen porque a las personas que les tocó usar la palabra en la tarima hablen mucho; que se pongan de acuerdo quiénes hablan y qué no se puede dejar de decir; pero que sobre todo exijan a la Alcaldía y a la Alcaldesa planes, políticas, programas y proyectos a favor del desarrollo humano de la población afrocartagenera, y no sólo que baile dance hall o champeta en el estrado. Que lo hagan por medios distintos al baile y al canto porque estos asuntos no se exigen y conquistan bailando y cantando. Para lo único que sirve bailar y cantar en una movilización como la Kandanga es que a las personas y a la cultura afrocolombiana se nos siga folclorizando, que se folcloricen nuestras reivindicaciones y luchas. La conquista de planes, políticas, programas y proyectos, el reconocimiento, respeto y valoración de los aportes y contribuciones desarrollados por los pueblos africanos y afrocolombianos en el proceso de construcción del país y la ciudad, se conseguirá solo a través de la interpelación a los negros y no negros, afrocolombianos, palenqueros, raizales, morenos, blancos, amarillos, mestizos y tigrillos, como decía un amiguito mío; de la invitación a caminar juntos en un mismo sentido y no dando la impresión de que se trata de una marcha de negritos con negritos, además divididos, donde hay colados algunos blanquitos. Por medio de la movilización y reivindicación de nuestro derecho a tener derechos usando diversos lenguajes, medios y discursos y no sólo a través del folclor y la arenga. No se conseguirá, viendo la realidad cartagenera con lentes prestados de otros lados que llevan a decir que existe un Ku Kux Klan cartagenero o estando a espaldas de la Feria del Libro de Cartagena, y el Caribe colombiano, de los libros y la lectura. Existiendo la distancia abismal entre los padres y los hijos, los adultos y los jóvenes que compartieron la tarima. Mientras los mayores pedían, a través de discursos improvisados, una política pública para reconocer y garantizar los derechos de las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras en el Distrito y que la Alcaldesa se pronunciara al respecto, los menores solo le pedían que bailara dance hall y champeta. No se conseguirá, cerrando la Kandanga con canciones del “perreo”, donde quedan mal paradas, como siempre, las mujeres. puntos_de_encuentro@hotmail.com

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