Educación


Un paro de trece días rompe el ritmo de aprendizaje de los menores

COLPRENSA

05 de mayo de 2015 05:09 PM

El cese de actividades académicas, producto del paro nacional de educadores que este martes cumple 14 días, saca a los menores del ritmo de aprendizaje, y genera poderosos distractivos que son difíciles de superar, al momento de retornar a las clases.

“Un paro de trece días rompe el ritmo de aprendizaje y cuando los niños vuelven a clase tiene que hacerse un repaso porque se pierde el proceso adelantado y no deja que se cumpla con los logros presupuestados para cada grado, de la manera adecuada”, puntualizó Ciro Parra, decano de la Facultad de Educación de la Universidad de la Sabana, en diálogo con COLPRENSA.

Por su parte, Adriana Arcila, coordinadora de la Maestría en Educación de la Universidad Externado de Colombia, respaldó dicha postura al decir que tanto los padres de familia como lo sociedad en general deben cumplir un papel importante en este tipo de situaciones, generando escenarios que minimicen el cese de actividades.

En este sentido, Parra aclaró que desde la institución educativa misma se puede solventar esta situación, aprovechando los medios de comunicación y la colaboración de la familia, para brindar orientaciones que ayuden a aprovechar el tiempo.

En su opinión, se debe diseñar un plan de trabajo estructurado en torno a las actividades que el niño debería estar desarrollando en el colegio, y aprovechando los textos guías, además de talleres que se pueden poner a circular en la red, para que no se pierda el ritmo y se eviten distracciones difíciles de superar al retorno a clases.

Resalta el decano de La Sabana que es importante que con estas actividades no se dé un mensaje errado a los niños de que así funciona la educación en el país, sino que se debe entender como una actividad complementaria a sus estudios y que no es calificativa.

De otra parte, Arcila indicó que el cese de actividades retrasa el calendario académico, lo cual quiere decir que el semestre no termina en el tiempo previsto, y lo cual altera también las dinámicas familiares, ya que no pueden organizar con normalidad sus actividades de descanso, durante el periodo de vacaciones.

Con referencia al impacto económico, los expertos coinciden al decir que los padres han tenido que quedarse en la casa pendientes de sus hijos y no han podido ir a trabajar, lo cual les genera disminución en sus ingresos.

Asimismo, comentaron que aquellos menores que reciben alimentación en sus respectivas instituciones académicas deben almorzar y tomar onces en su casa, situación que afecta el bolsillo de los padres de familia quienes tienen que incurrir en gastos que impactan el bolsillo notablemente.

“Ojalá existieran más organizaciones de padres de familia que no solo aportaran una mirada política a la situación de la educación del país, sino que trabajarán en la elaboración de estrategias que mitiguen el impacto sufrido por los estudiantes en situaciones como estas”, concluyó la docente del Externado. 

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