No hay autoridad a la que los directivos de la institución educativa República del Líbano no hayan oficiado con pruebas del peligro que representa un bloque de dos pisos y cinco aulas que está agrietado y que fue desalojado hace dos años por el temor de que se viniera abajo.
El edificio, que está en la sede principal del colegio y que sirvió de sanatorio para las prostitutas de la Zona de Tolerancia de Tesca, está agrietado y cede ante los movimientos que provocan obras que se hacen cerca del plantel.
Ruth Arellano, rectora de República del Líbano, señaló que las oficinas que funcionaban en el bloque debieron ser trasladadas al salón múltiple, que fue adecuado para tal fin. También se acondicionó un área de gimnasio y de Educación Física para evitar dar las clases de esta asignatura en el patio.
“Es un edificio que tiene 50 años (...) todos los profesores tenemos que estar alrededor de este durante el descanso para evitar que los estudiantes se acerquen. Vivimos con angustia de que se caiga algún pedazo y lastime a alguien”, dijo la rectora.
Añadió que en agosto pasado recibieron la visita de la Oficina de Gestión del Riesgo y que esperan una resolución de esta entidad en la que se recomiende la demolición del inmueble en riesgo.
Juan Enrique Ramírez, padre de familia y miembro del consejo directivo de la institución, manifestó que “nos preocupa que con el peso del agua lluvia ceda la estructura y que haya niños cerca, porque ellos son inquietos, no queremos que ocurra una tragedia”.
El padre de familia indicó que “hemos llevado oficios y fotos a las autoridades, incluso el acalde (e) Sergio Londoño estuvo en el colegio hace menos de un mes pero seguimos sin solución”.
A la espera de un informe
Guillermo Peña, director de Infraestructura de la Secretaría de Educación, explicó que la situación de República del Líbano fue trasladada al Fondo de Financiamiento de Infraestructura Educativa (FFIE) del Ministerio de Educación.
“Esperamos un informe de FFIE para saber si es viable o no la demolición del edificio en riesgo y la ampliación de esta institución educativa para implementar la jornada única”.
Peña señaló que si la intervención no es viable a través del FFIE, la Secretaría de Educación gestionará recursos propios para hacer los trabajos.
Están divididos
Otro gran problema del colegio República del Líbano es que se construyeron dos sedes que no son integrales y que están divididas por la avenida Pedro Romero.
“Tenemos los laboratorios en una sede y la sala de informática en la otra; la cocina en un lado y el restaurante en el otro”, señaló la rectora Arellano. Por esto, los estudiantes y el personal del comedor escolar deben cruzar varias veces al día la transitada avenida.
Esta situación se resolvería con la ampliación de la planta física del colegio.
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