El padre de La Bocana

En la serie sobre cartageneros que han participado en hechos que con el tiempo se convirtieron en históricos traemos al ingeniero José Henrique Rizo Pombo y su relación con La Bocana estabilizada de mareas, obra crucial en el saneamiento de la ciénaga de La Virgen. Sus vínculos van desde la gestación del proyecto hasta su entrada en operación y permanente vigilancia para que se haga el adecuado mantenimiento. El proyecto tiene su origen en los problemas causados por el vertimiento a la ciénaga, desde hace casi medio siglo, del 60% del volumen de las aguas servidas de la ciudad, los elevados niveles de contaminación que ello ha generado, el daño al ecosistema y el riesgo a la población asentada en sus márgenes. Desde antes de 1980 se hablaba de medidas que controlaran los daños causados, existían proyectos que no eran ejecutados y se continuaba degradando el ambiente. Con frecuencia se presentaban mortandades de peces en la ciénaga y el sistema asociado de caños y lagunas como señal del grado de contaminación alcanzado. Ante la urgencia de una medida paliativa mientras se construía el emisario submarino para disponer las excretas donde no causaran daño, se decidió hacer La Bocana. Solución ingeniosa y sencilla  consistente en conectar artificial y permanentemente el mar con la ciénaga, permitiendo el intercambio dinámico de las aguas y su oxigenación aprovechando las mareas.
En 1995 y 1996 el ingeniero Rizo, con su firma Carinsa, conjuntamente con la compañía holandesa Haskoning realizaron los estudios, luego siendo ministro Transporte gestionó ante el Ministerio de Hacienda la consecución de los recursos para la obra, que fue realizada por Boskalis, firma también holandesa, y puesta en funcionamiento en noviembre de 2000. Las obras costaron 24,5 millones de dólares, menos que lo presupuestado, 45% aportados por Holanda y  55% por Colombia. La Bocana es una de las obras de ingeniería más importantes del país e incluso del mundo ya que sólo existen dos infraestructuras de este tipo, la de Cartagena y otra en Túnez. La Bocana salvó la ciénaga y evitó una catástrofe ambiental.  El ingeniero Rizo anota: “De no haberse construido La Bocana y mejorado las terribles condiciones de la ciénaga, no habría mejorado la condición sanitaria de las comunidades de sus bordes, no se habría producido el desarrollo urbano de la Boquilla, Cielomar, Los Morros o Tierrabaja, ni construido la Villa Olímpica o la Vía Perimetral, ni celebrado los Juegos Centroamericanos y del Caribe, no se habría contado con la capacidad para evacuar las graves precipitaciones de aguas lluvias como se previó en los diseños las que muy probablemente se incrementen con el cambio climático.” Cuando de ahondar sobre estos hechos se trate, querido lector, no lo dude, consultar  a José Henrique es imprescindible. Guarda recortes de prensa, fotos y cuanto le parece útil para que se conozca cómo se fraguó el proyecto, se realizó la construcción y quiénes fueron los protagonistas. Esa importante recopilación documental no puede ser pasada por alto al escribir  la historia de Cartagena en el siglo XX.  
Fundación Fototeca Histórica Cartagena de Indias