Caterine Ibargüen, que este jueves brindó a Colombia el primer oro en un Mundial de atletismo con su victoria en el triple salto de Moscu-2013, vaticinó que en el futuro su país confirmará los progresos de los últimos años y ganará muchos más títulos en este deporte.
"Yo creo que todavía no me dio tiempo a pensar, todavía estoy muy emocionada. Sé que hago historia para mi país. Es el primer oro de muchos que vamos a lograr en Colombia. Esta es la prueba de que sí se puede", dijo Ibargüen al término de la prueba, envuelta en una enorme bandera de su país.
"Siempre he salido a conseguir la dorada, gracias a Dios hoy lo he conseguido", apuntó la saltadora antioqueña.
Ibargüen, con un mejor salto de 14,85 metros conseguido en su segundo intento, lideró el podio por delante de la rusa Ekaterina Koneva, plata con 14,81, y de la ucraniana Olha Saladuha, bronce con 14,65 metros.
"Nunca perdí la calma. No me sentí ganadora en el segundo salto. Sólo me sentí ganadora en el sexto. Estaba tratando de mejorar y sabía que las otras eran unas muy buenas competidoras, por eso trabajé hasta el final", explicó la gran triunfadora en la pista del mítico estadio Luzhniki.
"Siempre hay tensión en este tipo de pruebas porque todos intentamos ir mejor y superarnos. Así que sí, había tensión, pero yo sabía que podía", señaló.
Ibargüen había subido al podio en dos grandes citas, primero con un bronce en el Mundial de Daegu-2011 y luego con la plata olímpica en Londres-2012, algo con lo que bromeó: "Un bronce, luego plata y ahora esto. Viste que fue lento pero seguro, fue como una escalada".
Su victoria tiene más mérito todavía teniendo en cuenta que en la víspera de la final estuvo "muy enferma", no pudo entrenar y se sintió muy mal, con un problema estomacal y un fuerte malestar general.
"Me puse muy mal, me puse muy enferma, pero yo tenía que salir a hacer lo que tenía que hacer, no me podía ir sin lograr este objetivo", reveló Ibargüen, cuyos problemas hicieron temer a su entorno por su participación en la prueba.
Ella, sin embargo, relató que nunca dudó de que podía estar este jueves luchando por lo máximo, pese a los dolores y lo mal que llegó a encontrarse.
"Yo sabía que hoy podía salir. Confiaba en Dios, en que me iba a ayudar para darme una recompensa a tanto trabajo que había hecho. Nunca perdí la esperanza porque tenía veinticuatro horas para recuperarme", señaló.
Ibargüen quiso dedicar esta medalla de oro a todos los que le han apoyado en Colombia y especialmente su entrenador, mentor y gran impulsor de su carrera, el cubano Ubaldo Duany.
"Es un excelente entrenador. Ha sabido transmitirme confianza y crear en mí una gran fortaleza mental. Es la clave de estos resultados", dijo sobre el técnico caribeño, exatleta de salto largo.
Durante su charla con los periodistas al término de la prueba fue felicitada por teléfono por el presidente de su país, Juan Manuel Santos, y Caterine apuntó que por el momento no podrá viajar a Colombia para compartir su alegría con sus compatriotas, ya que tiene competencias pendientes en Europa.
"Lastimosamente ahora tengo otras competencias cerca. Después del 6 (de septiembre) ya creo que sí podré estar en Colombia", explicó.
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