Hay que escucharla para saber que tiene el talento para contar historias con gracia, humor y sentido de la travesura. Isabel Sofía Rangel tiene 8 años y estudia en el Colegio Eucarístico de Manga. Escribió y contó su cuento La perrita abogada, y se ganó el Concurso Estudiantil de Narradores Orales 2014, impulsado por Caza Teatro. Así comienza el cuento:
“Un día en una mañana la perrita Linda se convirtió en abogada y no lo podía creer. No lo podía creer no porque no hubiera estudiado, no, ella estudió sus cinco años en la universidad y se ganó su título. Corrió por su vecindario a decirles a todos sus vecinos que se convirtió en abogada para ver si la contrataban y así fue. A la mañana siguiente la perrita Linda se levantó muy temprano y su dueña María salió a comprarle una corbata para ir al trabajo. La perrita Linda llegó casi tarde, pero no llegó tarde, y ella pensó que era fácil, pero no era fácil. Un día llegó un caso nuevo a la oficina de la perrita abogada, se trataba de un oso mielero que quería demandar a todos los humanos por haberse comido su miel”.
Con ese desparpajo y talento la niña Isabel Sofía ganó por segunda vez un premio como narradora oral en Cartagena. Dice que a veces mientras duerme se le ocurren historias como las de Mister Lilly, un ratoncito aventurero. O transforma un cuento contado por su padre: la del caracol que cambia de color. Es hija del profesor Carlos Mauricio y de la bióloga marina, Luisa Fernanda.
Dilan García Campo ganó el Premio en la categoría Junior por su cuento “Esperanto”. Sus historias son directas, cotidianas, tienen humor y buen manejo teatral en el escenario. “Es mi mamá Liliana Campo la que todos los días me cuenta historias”, dice. Se inició escuchando y viendo a Francisco Rodríguez de Trotasueños.
María Camila Rocha Méndez, de la Escuela Normal Superior de Cartagena, compartió el premio en la categoría juvenil por su cuento El tambor del diablo, basado en un cuento de Guillermo Valencia Salgado , y Anneth Paola Gutiérrez Gutiérrez, por su cuento El amor, creado a partir de elementos matemáticos.
María Camilia Rocha es hija de Roberto Rocha, supervisor de salud ocupacional y de Miriam Méndez, ama de casa. Ha leído libros como “El elogio de la locura”, “Las venas abiertas de América Latina”, “La vorágine “ y “Del amor y otros demonios”. Su profesor Ángel Velásquez la ha apoyado en el teatro. Sueña con estudiar medicina pero no abandonar la cuentería.
Anneth Paola Gutiérrez dice que contar historias no es fácil pero “me meto en el cuento y me encierro para contarlo bien”.
Yina Marcela Gutiérrez Montes es la revelación en 2014. Cuentera natural. Ganó en la Categoría Universitaria, con un cuento sobre sus vivencias campesinas en San Francisco del Rayo en Córdoba. Dice que cuando conoció a Dora Malo supo que eso era lo que quería hacer: contar cuentos. Es la única en su familia que ha podido continuar estudios universitarios. Aunque sus familiares campesinos creen que lo que hace es una morisqueta. ella está convencida de que es arte. Y lo es por supuesto.
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