Llueven rosas para Magín

La gloria musical del artista Magín Díaz, salió de Gamero para el mundo. Alcanzó a percibir su impacto internacional, poco antes de morir.

Llueven rosas para Magín  Díaz. Una sonrisa se dibujó en su rostro, pocos minutos después de conocer la noticia de que su álbum El orisha de la rosa, había sido nominado a los Premios Grammy Anglo 2017.

El músico de Gamero conoció la gloria, con doble nominación a Mejor Álbum Folclórico y Mejor diseño de Empaque en los Premios Grammy Latinos. El diseño ganó ese premio por la alta calidad del diseño, pero a su vez, fue merecedor de la mirada del mundo por tratarse de un músico de 95 años, con una selección de música ancestral de origen africano, mezclado con influencia afrocubana y afrocolombiana, un caso excepcional en los Premios Grammy.

Pese a que en su cédula aparecía la fecha del 30 de diciembre de 1922 como fecha de nacimiento, se cree que Magín tenía más edad, y desde muy niño empezó a tocar tambores, de la mano de su padre Domingo Díaz, quien además de sembrar arroz y maíz en el pueblo, cantaba son de negros y bailaba en las fiestas de Gamero. También su madre Felipa García, era cantadora de bullerengue.

En cada casa de Gamero hay algún sonero escondido o alguna mujer que canta mientras lava la ropa o barre. Felipa, la madre de Magín, al igual que las mujeres de Gamero, se sabía los cantos de tradición del pueblo.

Magín no aprendió a leer ni escribir, y afinó su voz desde niño trabajando en el ingenio Gran Central Colombia en Sincerín, en donde compartió con palenqueros y cubanos contratados como ingenieros en el ingenio. Los sábados por la tarde hacían una tregua y cantaban juntos los gameros, los palenqueros y los cubanos que habían traído la marímbula, y cantaban a dúo canciones cubanas, palenqueras y gameras. De ese caldo de experiencias, se trenzaron melodías que venían de Cuba, Palenque y Gamero.

Origen de canciones

Hay equívocos sobre la autoría de algunas de las célebres canciones de Magín Díaz. La canción “Rosa que linda eres”, que lo consagró, fue grabada por el Sexteto Habanero en 1927, por Gerardo Martínez (1906- 1958), y cantada por Magín Díaz en versión de chalupa, dedicada a Rosa Torres, una muchacha blanca, amor no correspondido. Si Magín nació en 1922, debía tener 5 años cuando la canción se escuchaba en La Habana. 

Canciones como “El lobo” (1980), “Mambaco” (1983),  atribuidas a su prima Irene Martínez,  también fueron cantadas en ritmo de chalupa por Magín, de quien se cree, recogió esos cantos ancestrales de la región de Mahates, que fluían entre los montes, la ciénaga y los patios, como una música de todos, como un viento de agua entre las hojas. Lo cierto es que en cada casa de Gamero hay un sonero o una cantadora.

Se olvida que Gamero fue un palenque que preservó memorias africanas. Magín también grabó  una canción de tradición oral como “La rama del tamarindo”, “La pica pica”, “José Merce” y “A gurrupiá”,  dice el productor  Wady Bedrán.   Interpretó “Dolores tiene un piano”,   canción de Estefanía Caicedo, de la cual hizo una  versión en chalupa. La canción también interpretada por Totó la Momposina.

Magín conoció la gloria, cumplió el sueño de ir a Las Vegas, hizo visible en el mundo la música de Gamero, y murió al anochecer del martes por complicaciones cardíacas.  Pese a ser un músico desde niño, el mundo artístico solo lo valoró desde 2012 al publicar su primer álbum “Magín y Santiago”. En 2015 publicó el segundo álbum “Magín Díaz y su sexteto gamerano”, y el tercero y último de 2017:  El orisha de la rosa”. 

Con 5 hijos, 14 nietos y 2 biznietos, Magín se la pasaba todo el día cantando sentado en una mecedora, cuentan sus familiares. Le gustaba comer pescado, mojarra negra de la ciénaga, arroz y sopa. Tenía siempre una sonrisa dibujaba en sus labios, y seguía el ritmo de la música con golpecitos  en la mecedora. Aún sacaba a bailar a las muchachas.

Homenaje

Gamero tiene previsto rendirle homenaje en una rueda de bullerengue desde el viernes 1 de diciembre, en la Feria de Expresiones Culturales Afrocampesinas "Voces, Sones y Tambores", que se inicia en la región, subrayando en las manifestaciones artesanales de campesinos, músicos y pescadores y su impacto en la convivencia y paz territorial, evento organizado por la Casa de la Cultura de Gamero y la Fundación Antorchas.

Gamero espera el cuerpo de Magín y como es tradicional en el pueblo, los funerales se hacen a ritmo de tambores. Apenas se supo la noticia de  su muerte a la 1 de madrugada, cuando su hijo Domingo llamó desde Las Vegas, sonaron en duelo los tambores en la Casa de la Cultura de Gamero y en la plaza del pueblo. Un ritual frente a la ciénaga realizarán sus habitantes y ruedas de bullerengue rodearán la casa de Magín y recorrerán el pueblo.

Magín, que perteneció a Los Soneros de Gamero, hizo la versión en chalupa de Rosa qué linda eres, que no dejó de cantar en Las Vegas, junto a sus seguidores. El músico  siempre estuvo enamorado de Rosa Torres, una muchacha blanca, hija de un administrador del ingenio, pero ella nunca le correspondió. Dijo que esa era la rosa de su canción. “Mi padre logró lo que quería y era que su música fuera escuchada en todo el mundo”, dice su hijo Domingo. “Lo logró. Doy gracias a Dios por darme a un padre como Magín”.