Cartagena fue fértil en libros en 2017, en todos los géneros, pero solamente destacaremos diez de una lista de más de treinta que se publicaron dentro y fuera de la ciudad.
La hazaña editorial del año fue el libro Bellas Artes como historia de Cartagena, liderada por Sacra Nader bajo la coordinación editorial de Karen David. Es una edición de lujo, de gran formato, con 408 páginas y pasta dura, que recoge los 126 años de historia de la Escuela de Bellas Artes convertida en universidad , así como del arte, los artistas y la cultura de Cartagena, durante el siglo XX y lo que va del siglo XXI.
Participaron en este libro: 15 autores: Álvaro Medina, Aníbal Olier, Estela Barreto, Germán Céspedes, Hernán Salazar, Gustavo Tatis, Isabel Cristina Ramírez, Iván González, Jaime Correa, Libe de Zulátegui y Mejía, Miroslav Swoboda, Ricardo Muñoz, Rubén González, Sacra Náder y Sandra De La Cruz. Prólogo de Carlos Arturo Fernández Uribe de la U. de Antioquia. Edición al cuidado de Karen David Daccarett y Kenneth Moreno May.
La mejor novela
La mejor novela publicada en 2017, la escribió Roberto Burgos Cantor (Cartagena, 1948): Ver lo que veo (2017, Seix Barral, 541 páginas). En estas páginas viajamos a la memoria de la ciudad y sus personajes invisibles: la mujer que envejece de tanto mirar la ciudad y sus habitantes, y de tanto verla por todos los costados empieza a enceguecer y a adivinar el entorno; el abuelo que recuerda el remate del Ingenio de Sincerín, el carpintero que talla ataúdes para muñecas, el ladrón que solo quería cantar, el jugador que pierde todo en los casinos, el boxeador para quien la elegancia del boxear es como dar caricias, entre otros.
El lenguaje depurado en la maestría del arte de contar, afina en esta novela, la destreza de Burgos Cantor, y nos devuelve al tono de sus primeras novelas como El patio de los vientos perdidos.
Junto a la novela de Burgos Cantor, se destacan dos novelas de los escritores: Orlando Echeverri Benedetti(Cartagena, 1980): Cría cuervos (2017, Angosta Editores, 211 áginas), quien en 2014 sorprendió a los lectores con una excelente novela premiada Sin freno por la senda equivocada. Y Margarita García Robayo (Cartagena, 1980), Tiempo Muerto (2017, Alfaguara, 151 páginas).
El lenguaje de Echeverri Benedetti narra con maestría, los absurdos del destino humano y las contradicciones del ser, en medio del amor y la muerte. Margarita explora la pérdida de las identidades nacionales y los conflictos raciales y sociales.
El mejor libro de cuentos
Por otra parte, el mejor libro de cuentos acaba de aparecer al final de 2017: Margarita entre los cerdos, de Pedro Badrán (Magangué 1960), publicado por Random House. Son 9 relatos resueltos en 138 páginas. La trama policiaca y de suspenso nos atrapa de principio a fin. Cuentos magistrales como El hombre de la caja fuerte, La cruz de hierro, Ulises calcula, El misterio del cuarto amarillo y el que da título al libro. Algunos de ellos, retratan la psicología del drama de la corrupción nacional. Badrán, es din duda, un maestro del cuento en Colombia e Iberoamérica.
Junto a Badrán, se destacan dos libros de cuentos que se publicaron en Cartagena en 2017: Macondo en llamas, de Rolando de la Cruz (Generación Fallida)) y La música de los ausentes, de Lidia Corcione Crescini, un libro breve e interesante sobre la memoria del desarraigo y el recuerdo,perturbador de la guerra. Rolando de la Cruz sorprende con sus breves narraciones que son en verdad,un homenaje a sus influjos universales.
Poemarios destacados
El poemario De las mujeres ausentes(2017, Fundación Arte y Ciencia, 62 páginas), de Dagoberto Rodríguez Alemán, es uno de los poemarios destacados que se editaron en el año en el departamento de Bolívar.
El autor construye retratos de mujeres de la aldea y del mundo que han sido significativas en la historia de la humanidad. Evoca a escritoras y artistas: a Idalia Alemán, su primera maestra, la cantadora de bullerengue Totó la Momposina, a Virginia Woolf, Alejandra Pizarnik, Silvia Plath Emily Bronté, Camille Claudel, Clarice Lispector, Gabriela Mistral, Josefina Baker, entre otras, y homenajes a Raúl Gómez Jattin y Demetrio Rodríguez.
El poeta talla con metáforas fluviales y celestes la memoria del río Magdalena: “río espejo de aguas sucias que nos sueña, río que escribe su tiempo”. También sobresalieron en el año, la traducción al polaco del bello poemario Aniquirona, del poeta Winston Morales Chavarro, huilense residenciado en Cartagena hace una década.
Óperas Primas
Se publicaron las óperas primas: los textos híbridos entre prosa y poesía: “Narrativa poética de los sentidos” de la profesora de literatura y escritora Esmeralda Arciniegas; la primera novela sobre el país bajo el imperio de los capos de la droga: “La cruz y la orquídea negra”, de Edwin Maza; el primer libro de poemas de César Pión González: “El amoroso vino a cantar”, y el cuento para niños “Caperucita boba y el Lobo con flowe”, de Ronald Ubarnes Ruiz. Dos de estos libros aparecieron al cierre de este año.
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