Ocho selecciones, dos de cada grupo, le dijeron adiós a la Copa América Centenario que se realiza en Estados Unidos.
A los cuartos de final pasaron los mejores de cada grupo, pero eso ya quedó atrás porque de aquí en adelante es otro cuento, de verdad que sí.
Siguen con vida los que mejor hicieron las cosas en la primera fase y eso invita a observar unos cuartos de final, en el papel, parejos y muy llamativos entre los ocho mejores de la Copa.
De aquí en adelante es borrón y cuenta nueva. Los tres primeros juegos solo son un termómetro que le sirve a los técnicos para evaluar el rendimiento individual de los jugadores y saber quiénes son los que se ganaron el rótulo de titulares para cuartos.
Pero ahora todo cambia, se juega a otro nivel, con rivales bastante exigentes por lo que las posibilidades de equivocarse deben ser menores para cada onceno.
Si se jugó bien en la primera fase, si se goleó, si algún equipo perdió o no hizo la mejor presentación eso ya no cuenta señores.
Los que hicieron bien las cosas ahora tienen la tarea de demostrarlo ahora para así ratificar su buen momento. Si no lo hacen la historia no dirá que jugaron bien en la primera fase sino que fueron eliminados en cuartos.
Mejor dicho: en esta Copa solo importa el presente. La historia no cuenta, el futuro se lo labra cada plantel en cada uno de sus compromisos.
Estados Unidos-Ecuador, Argentina-Venezuela, México-Chile y Colombia-Perú son las llaves de cuartos, en donde aquel que pierda empaca maletas.
Ya no se gana de camiseta o sino miren lo que le pasó a Uruguay, que llegó como favorito y le dijo adiós a la Copa en la primera fase.
