"Siento un vacío existencial; estoy de duelo": El Cole

Carlos Caballero
SANTIAGO DE CHILE
1 de Julio de 2015 12:00 am

Encontrarse al hincha más representativo de Colombia de todos los tiempos siempre tiene que ser motivo de alegría para un colombiano y más si esto se da afuera de nuestro país.

Lunes 29 de julio de 2015. El reloj marcaba las 7:50 de la noche cuando me dirigía hacia la puerta por donde ingresarían los periodistas hacia el estadio Nacional de Santiago, en el que se disputaría el juego Chile-Perú por el paso a la final de la Copa América que se celebra en ese país.

Ahí, cerca de una baranda, estaba El Cole, con su particular vestimenta, de amarillo, azul y rojo de pie a cabeza, sus tradicionales gafas y el cabello pintado con los colores del país que lo vio nacer.

Entonces, me detuve, tenía que hacerlo, lo abordé y le pedí unos minutos de su tiempo para una entrevista. "Listo papa, dame un minuto y ya hablamos".

Se le notaba desesperado, sin aquel brillo en sus ojos, también estaba ausente su sonrisa, esa que siempre lo ha caracterizado. Supuse que la eliminación de Colombia lo había golpeado, así como me afectó a mí y a todos.

Eyyy, pero él es El Cole, ha vivido más cosas que cualquier colombiano al lado de la Selección, le alegra y le duele más lo que le suceda a la tricolor. Son nueve Copa América a las que ha asistido y siete mundiales sin meter eliminatorias y demás partidos internacionales y amistosos.

Está afanado mandando un mensaje por WhatsApp. Se detiene, me mira a los ojos y dice: "Loco yo ya no hago nada aquí, esto sin Colombia ya perdió la gracia. Estoy tratando de vender la boleta de la final aquí, pero no he podido. Y los amigos que uno tiene no hacen favores gratis. Aquí estoy esperando que me responda uno para ver, pero esos manes sí son difíciles, 'cagada' conmigo".

Después de mandar otro par de mensajes por el celular, El Cole hace cambio de gafas. Se quita las de aumento, que a sus 62 años ya está en la obligación de usar para leer, y se pone las que hacen parte del disfraz que siempre lo ha identificado.

"Loco estoy dolido, a mí no me preguntes cómo vi a la Selección, ni qué hizo bien o mal en la cancha Eso que lo responda Pékerman. Te voy hablar de cómo viví yo la vaina en esta Copa América", asegura.

Entonces, se despacha, deja salir todo lo que siente por dentro, dejando al descubierto su dolor, ese que lo sacude y estremece tanto en medio del fuerte frío que por estos días se vive en Chile.

"Hoy debiéramos estar aquí en semis para pasar a la final. Esas eran nuestras expectativas y la de todo colombiano y no se dio", dice con un tono de voz suave, apagada, propia de alguien que no se encuentra bien anímicamente.

Recuerda cada partido de esta Copa y comienza a hablar de cada uno de ellos. "Íbamos felices, llegamos alegres a actuar con Venezuela, pensábamos que le podíamos ganar, fuimos locales otra vez, hicimos tremendo fiestón, no se dieron las cosas, pero nos llenamos de esperanza".

Aclara que lleva 26 años siguiendo a la Selección en todos lados. "Siempre que jugamos con un equipo que no está a la altura de nosotros termina enredándonos. Por eso contra Brasil mi esperanza aumentó porque sé como jugamos ante los grandes y ahí está el resultado, ganamos y bien, fue una gran satisfacción, nos llenó el alma otra vez".

Y no le gustó para nada el empate ante Perú. "La fe estaba intacta, pero no pudimos ganar. Pasamos, pero no como deberíamos. Eso nos mandó a jugar con Argentina en cuartos, en un partido que sabíamos sería complicadísimo".

Sostiene que ante los gauchos, "Dios estuvo con nosotros. Nos llenamos tanto de fe, que la pelota a ellos nunca les entró y cuando llegamos a los penales consideramos que eso era de nosotros por todo lo que pasó en la cancha".

Y siguió dando declaraciones, esta vez con voz entrecortada. "Quiero decirlo públicamente. Eliminado y todo sigo creyendo en mi Selección y la sigo apoyando. Hoy tengo un vacío existencial, estoy en un duelo, lo digo sinceramente, pero sigo creyendo en los jugadores. Nos recuperaremos con la gloria de Dios".

En ese momento confirmé una vez más que El Cole es pura pasión, siente a su Colombia hasta lo más profundo del corazón. Tiene la fe y la esperanza que en las Eliminatorias el fútbol nos dará la revancha para hacer muy buenas presentaciones.

El diálogo llega a su fin a las 8:05 de la noche. Yo me dispongo a ingresar al estadio y él otra vez hace el cambio de gafas para revisar su celular y saber si por fin recibió noticias de la venta de su boleta...