Anoche Cartagena se paralizó para ver el triunfo de Colombia o el posible adiós en la Copa América Chile 2015.
Todos los hinchas cartageneros se agolparon frente al televisor, con mucho nerviosismo eso sí, para ver el juego de su Selección ante el Brasil, de Neymar y su banda.
Aquella derrota ante Venezuela despertaba cierto escepticismo, ya que se enfrenta al mejor equipo de América.
“Claro que se puede”, decía Ladys Alfaro, con su gorra tricolor. “La esperanza es lo último que se pierde”, insistía.
A las 7 p.m., rodó el balón. Un aroma de positivismo se podía observar. Colombia, todo de amarillo y Brasil, de azul. Eso era un buen augurio. En el primer tiempo hubo un solo equipo en la cancha. Colombia, con su fútbol, tenía loco a los brasileros. Entonces, por primera vez se escuchaban los pitos, tambores y gritos.
Y el defensor Jeison Murillo, quien jugará en el Inter de Milán, al minuto 36, puso a vibrar a toda Cartagena con ese gol soñado. El grito de gooooolllll se escuchó al unísono. Todos los aficionados en los estaderos, tiendas, centros comerciales y cines se abrazaban de la felicidad.
Por fin despertó el equipo. Colombia con su fútbol de fantasía ahogaba a Neymar y su gente. Un 1-0 que pudo ser 2-0.
Felicidad total. Ya hay vida. Volvió esa energía positiva a la gente. Pékerman y sus muchachos sumaron 3 puntos y están con la guardia en alto para enfrentar a Perú. Ahora las sonrisas de los hinchas está de oreja a oreja.
