El ángel de las piernas torcidas voló sobre el Sausalito

FERNANDO CARREÑO
VIÑA DEL MAR, CHILE
21 de Junio de 2015 12:04 pm

Por esta misma calle tuvo que entrar. No queda de otra. La Laguna Sausalito bordea casi todo el estadio. Hoy camino por la calle Padre Hurtado y lo imagino pensando en no sé qué, minutos antes de jugar contra Inglaterra, seguramente más relajado que Didí, Vavá, Djama Santos o el mismo Pelé que se perdió el resto del torneo por lesión. Era una de las estrellas pero a él poco le importaba el rótulo, poco le importaba el mundial, “esos campeonatitos que ni siquiera tienen segunda vuelta”, poco le importaba la tremenda marca que iba recibir de Bobby Moore, Norman o Wilson, todos eran ‘Joao’, un jugador genérico que iba fácilmente a driblar.

Ese domingo 10 de junio de 1962, en esta misma cancha de Viña del Mar, Mané Garrincha le dio uno de los peores bailes que los inventores de fútbol han recibido en la historia. Él solo, sin ayuda (o muy poca), se encargó de destruirlos, fue una masacre futbolística la que les propinó este hombre feo como ese pajarraco del Mato Grosso, con una pierna 6 centímetros más larga que la otra, con la columna torcida, los pies girados 80 grados hacia adentro, con bajo coeficiente intelectual, que fumaba desde los 10 años, alcohólico y mujeriego.

En esta misma cancha en la que se enfrentan hoy (ayer) Argentina y Jamaica por la Copa América, el “Anjo das pernas tortas” hacia parar al público cada vez que tocaba el balón: Al inicio del partido lo sufría Ray Wilson y hasta el propio Bobby Charlton que tuvo que bajar a dar una mano; luego Jimmy Armsfield cuando  el 7 de Brasil dejaba la banda derecha y se tiraba más al centro; el capitán Haynes, un tipo con funciones de ataque, se convirtió en un marcador central para tratar de bloquearlo.

Los ingleses no aguantaron más y el mismo Garrincha abrió la cuenta en el minuto 31 del primer tiempo con un golazo de cabeza.  En el segundo tiempo, el que más lo sufrió fue Ron Flowers, un buen jugador del Wolverhampton Wanderers, y cuatro años después campeón del mundo, pero que ese día en El Sausalito lo hicieron ver como el peor tronco de Chile ’62.

En el segundo tiempo, Vavá empujó un remate violento de Garrincha y el mismo Garrincha aumentó la cuenta en el minuto 59 con un gol al ángulo desde unos 25 metros. Después de eso, la estrella del Botafogo lo intentó por todos los lugares, hasta casi hace un gol olímpico. Los rivales caían como Boateng contra Messi (para traer una imagen actual), mientras los 22 mil espectadores se paraban a aplaudir y revoleaban trapos en honor al crack.

Conocida es la historia de Manuel Francisco dos Santos. Fue el mejor jugador del Chile 1962, ganó dos Mundiales, tres Campeonatos Cariocas, jugó un año en el Junior de Barranquilla (persiguiendo a una famosa cantante), tuvo 14 hijos (uno de ellos sueco), odiaba los elogios, y amaba la cerveza y la cachaça. Nació como murió: muy pobre.

Este estadio ha cambiado, y lo han reformado con el tiempo. Aquél del 62 contaba con un tablero mecánico que rezaba: “Porque nada tenemos, lo hacemos todo” - Municipalidad de Viña del Mar. Cómo no pensar en Garrincha.