Duro tropiezo de entrada

Carlos Caballero
RANCAGUA, CHILE
15 de Junio de 2015 02:10 am

Todo fue emoción desde un principio. Desde tempranas horas los hinchas colombianos llegaron al estadio El Teniente de Rancagua, Chile.

Ellos, el jugador número 12, llegaron con la misma alegría y entusiasmo con el que hicieron historia en en el Mundial de Brasil 2014.

Esta vez iniciarían un nuevo camino, con otra meta: ser gran protagonista en la Copa América de Chile, certamen en el que debutarían ante Venezuela, en juego válido por el Grupo C, de donde también hacen parte Brasil y Perú.

Los colores del amarillo, azul y rojo, otra vez fueron protagonistas, en esta ocasión en las calles de Rancagua, y no precisamente los de Venezuela, que en su bandera lleva los mismos colores sino por los de Colombia, un país que vive la emoción del fútbol con una pasión gigantesca, impulsada por una nueva generación de jugadores que los invita a soñar.

El Teniente, que presentó a 12 mil 387 espectadores, tuvo entre sus graderías unos 10 mil hinchas de la tierra del café, tal vez el productor por el que más se le conoce a Colombia internacionalmente.

Adentro del estadio, una hora antes del partido, ya todo era emoción. Cuando anunciaron los once titulares que José Pékerman enviaría al terreno de juego. El bullicio fue tan grande que los jugadores lo escucharon en el camerino. Ese sería uno de los enviones anímicos que necesitaría a Colombia para superar el primer escollo en esta Copa.

El himno colombiano otra vez fue coreado a todo pulmón, con sentimiento y orgullo, como tiene que ser. El balón ya estaba en el medio del campo y las emociones estaban a punto de empezar.

Falcao, con la cinta de capitán, y su grupo de guerreros empezaron su ruta en Chile.

Desde el mismo primer minuto, la tricolor sintió el respaldo de su hinchada. A ellos no los silenció nada, ni siquiera el frío, con unos 7 grados centígrados.

El estadio lucía hermoso, con una panorama espectacular y un gramado que se prestaba para el fútbol fino que practica nuestra Selección.

Pero Colombia tardó para acomodarse en la cancha. James no gravitaba y Venezuela, en el papel un rival fácil, se asomó dos veces claras en el arco de Ospina.

La tricolor no sumó una opción clara de gol en la primera mitad, que terminó 0-0 en un partido que no era muy vistoso para la tribuna.

Pero los hinchas colombianos siguieron metidos en su cuento, no bajaron los ánimos y continuaron respaldando a su selección. Todos pensaron que los goles llegarían en el segundo tiempo, esos que les permitirían alegrar sus corazones en el debut del equipo de sus amores.

Salomón Rondón silenció a los 58 a los colombianos con golazo de cabeza. Entonces inmediatamente apareció el nervio para aquellos que aman a la tricolor.

Con ese gol ganó Venezuela. Colombia lo intentó en un par de opciones en la segunda parte, pero los jugadores no estuvieron finitos.

Los dos mil aficionados que aproximadamente llegaron a apoyar a Venezuela festejaron un gran triunfo, que los pone a soñar con los cuartos de final.

Dolor colombiano y fuerte tropezón al inicio de la tricolor en la Copa América.