Colombia cambió el buen fútbol del Mundial por la garra en la Copa

COLPRENSA
VIÑA DEL MAR
27 de Junio de 2015 12:25 pm

El juego bonito, el espectáculo, los goles de gran factura y la dinámica con el balón que tuvo la Selección Colombia de Fútbol en la Copa del Mundo Brasil 2014, se cambió para la Copa América Chile 2015 por la garra, las ganas, el vértigo y la intensidad, variantes que le dejan enseñanzas a José Pékerman, su cuerpo técnico y los jugadores.

No tener el volante mixto clásico del exitoso esquema de Pékerman durante el Mundial, que le da el equilibrio de recuperar y salir jugando desde atrás, pudo ser la principal razón para el sustancial cambio de la tricolor en un año, ya que el doble cinco obligó a que el equipo luchara más para tener la posesión del balón.

La ausencia por lesión de los dos volantes mixtos naturales, Abel Aguilar y Freddy Guarín, generaron que Colombia llevara a Chile tres volantes de marca y tres creativos, sin ese nexo entre las dos líneas que enlaza las acciones, como lo hizo Abel, por ejemplo, en el gol de James contra Uruguay que fue designado como el mejor del Mundial.

Y ante esa necesidad, no sólo los defensas y volantes de primera línea tuvieron el cambio de chip, sino que los mediocampistas ofensivos y delanteros así lo entendieron y corrieron, metieron y se convirtieron en los primeros defensas de un equipo colaborador, que luchó, pero no le alcanzó.

“Lamento las lesiones y las suspensiones, porque perdimos jugadores importantes, claves, en posiciones que son sumamente necesarias, hemos hecho lo posible para buscar la manera de compensarlas, pero esto es fútbol y una buena idea a veces no alcanza”, reconoció Pékerman.

Y esas ausencias, que mostraron una Colombia diferente, también generaron la falta de gol, que de 12 marcados en cinco partidos del Mundial, con goleador a bordo, pasó a sólo una anotación en cuatro compromisos de la Copa, sin presencia de los delanteros, porque el gol fue del defensa Jeison Murillo.

“No estamos contentos con solo marcar un gol, no estuvimos afortunados o veces precisos para poder hacerlo, los intentos y la idea de jugar como nos gusta, la intentamos y en algunos momentos nos salieron, pero dolió no tener la pelota”, admitió Pékerman en el balance final de la Copa América.

Así que recuperar la posesión del balón para tener una mayor vocación ofensiva será una de las principales tareas para trabajar en el cuerpo técnico de la tricolor, que vivió una Copa América de enseñanzas, de saber que “ha sido una muy buena experiencia para Colombia, uno cree que después del mundial todo se ganaría, pero no es así, hay que seguir trabajando y aun trabajando hay que aceptar los resultados”, concluyó Pékerman.

LAS COSAS BUENAS

Pero sin duda, más allá de lo que pudo faltar para tener una mejor Copa América, el certamen continental le dejó a Colombia grandes noticias, principalmente la consolidación de Jeison Murillo como el remplazo del excapitán Mario Alberto Yepes o el saber que se cuenta con uno de los mejores arqueros del mundo: David Ospina.

Y es que por el estilo mostrado de la tricolor en la Copa, lo destacado no se ve en ataque, sino de la mitad del campo para atrás, primero con Carlos Sánchez, luego con Cristian Zapata y Jeison Murillo y, finalmente, con David Ospina, el arquero del Arsenal inglés que contra Argentina evitó lo que pudo ser una goleada, con siete atajadas decisivas.

Luego de la salida del gran capitán del último tiempo, Mario Alberto Yepes, con un listón muy alto tras su actuación en el Mundial, la responsabilidad quedó en Jeison Murillo, un joven defensa de 23 años de edad, salido de la generación de James, Arias, Franco y Muriel, que en Chile le dio la tranquilidad al cuerpo técnico y a todo un país de que hay seguridad en defensa para rato, con el valor agregado de haber marcado el único gol de la tricolor en Chile.

Murillo se complementó a la perfección con Cristian Zapata y le dieron seguridad a Colombia por la vía aérea y por abajo, ganando mano a manos claves en acciones determinantes y haciendo cierres decisivos que sostuvieron el cero, y cuando no pudieron, atrás estuvo la muralla Ospina.

En efecto, Ospina ratificó en la Copa la calidad de arquero que es, al punto de volver a generar una reacción de Messi que ya es habitual cada vez que enfrenta a David: “Y el arquero de ellos es un fenómeno”, porque lo que sacó Ospina contra Argentina y en la Copa, fue prueba de su gran momento.

Y otro que merece mención aparte es el chocoano Carlos Sánchez, gran ausente contra Argentina, pero una verdadera ‘Roca’ insuperable por los rivales cuando jugó. Fue la figura en el histórico triunfo contra Brasil y el motivador desde el medio campo para que Colombia corriera como lo hizo en Chile.

Además, hay que reconocer la labor defensiva y de sacrificio de los laterales, Camilo Zúñiga, Santiago Arias y Pablo Armero, quienes cumplieron con su primera responsabilidad como defensas, pero no dieron lo que acostumbran a aportar en ataque, tal vez porque Zúñiga y Armero llegaron sin ritmo y Arias tras una lesión.

PARA TRABAJAR

Pero así como la zona defensiva cumplió a la perfección, la ofensiva quedó en deuda, porque faltó ese nexo de equilibrio que le daba el balón con mayor claridad a los creativos, pues en defensa se interceptó y cortó el circuito del rival, pero no se recuperó con fluidez para generar las transiciones defensa-ataque que le dieron éxito a Colombia en el Mundial.

Por eso a James y a Cuadrado les tocó tener mayor sacrificio en defensa y cuando quedaban con la posesión del balón, estaban lejos del arco contrario, distantes de los delanteros, que fueron los principales sacrificados de la tricolor, pues el balón no les llegó de la forma ideal.

Y para trabajar de cara a las Eliminatorias, el cuerpo técnico se debe enfocar en los laterales, ya que si Armero y Zúñiga no vuelven a tener continuidad en sus clubes, seguramente no llegarán a estar en el nivel que la Selección los necesita, pues los dos ya acumulan casi dos temporadas completas sin el ritmo de competencia que esta tricolor exige, pues las ganas y el corazón no son suficientes en la alta competencia que ya compite y se le exige a esta Selección.

Es por eso que Santiago Arias, el mejor lateral derecho de la Liga de Holanda en la última temporada, se mostró como el fijo de cara al futuro por el sector derecho e incluso con gran rendimiento por izquierda, la zona en la que se muestra la principal falencia colombiana, que ya tienen en carrera a Darwin Andrade, el encargado de tomar la responsabilidad de cara a lo que viene.

Y una mención aparte se merece James, quien no se sintió cómodo en la Copa, tuvo que correr más de lo que debía en ese sacrificio que tuvo todo el grupo, sumado al cansancio acumulado de una exigente temporada con el Real Madrid, que seguirá teniendo al ser figura del elenco merengue, y aunque no estuvo fino en ataque, se le ponderan las ganas y el liderazgo, con un agregado: la competitividad por ser el mejor, una mentalidad que contagia a sus compañeros.

En ese orden de ideas, la Selección Colombia tuvo una Copa América de aprendizaje, llegó como favorita, fue aterrizada por Venezuela, dio un salto de calidad contra Brasil, volvió a fallar frente a Perú y ante Argentina sufrió las ausencias para saber que si quiere sostenerse en la élite mundial, debe seguir trabajando, creciendo y soñando con un grupo joven y experimentado que tiene un futuro esperanzador, bajo las órdenes de un cuerpo técnico ganador que motiva y da ilusión para volver a un Mundial y decir presente en Rusia-2018, el próximo gran reto.