Si de encontrar una persona optimista de que el proceso de paz puede seguir adelante pese a los inconvenientes se tratara, el primero que aparecería allí sería Fabrizio Hochschild, el coordinador residente para Colombia de la ONU, quien mantiene una visión clara sobre lo que puede pasar en el proceso entre gobierno y Farc, luego del asesinato de los soldados la semana anterior en el Cauca.
Y con el optimismo que tiene Hochschild es claro en decir que en este momento la confianza que se había alcanzado a tener con las Farc en el proceso retrocedió, que no tiene sentido pedir una verificación a un cese al fuego unilateral, porque el mismo no es acordado por las partes y también que lo avanzado en el tema del desescalonamiento del conflicto se echó para atrás.
Así habló el jefe de la misión de la ONU en Colombia para Colprensa sobre el tema.
- ¿Terminó el ciclo 35 de negociación y las partes (Gobierno-Farc) en medio de la crisis que pasa el proceso volvieron a ratificar que se mantienen en la mesa, es esto optimista?
No hay proceso de paz que progrese de una manera lineal, no hay proceso de paz que no ha cruzado por grandes crisis y retrocesos, creo que es justamente en estos momentos de crisis donde uno tiene que mostrar solidaridad con los que han sufrido, en ese caso los fallecidos en el ataque del 14 de abril, pero es justamente en esos momentos donde uno tiene que adoptar una posición madura, bien pensada e intensificar esfuerzos hacia el fin del conflicto, para garantizar que no hay más tragedias como pasó.
En las declaraciones que salieron al fin del ciclo vi ese compromiso, esa madurez y también un reconocimiento de la gravedad de lo que había pasado, entonces esperamos que gracias a esas aptitudes de mucha sabiduría y compromiso que se mostró en la mesa que se podría llegar a acuerdos concretos para blindar el proceso de una repetición de un ataque como ese.
- ¿Cree Usted como lo dijo el jefe negociador Humberto De la Calle, que la confianza con las Farc quedó seriamente afectada tras el ataque?
Escepticismo en Colombia frente al proceso es pésimo frente a la posibilidad de poner fin a un conflicto que lleva tantas décadas y donde hay una historia de intentos fallidos en el pasado, eso es real y ese escepticismo y esas críticas se vieron justificadas por el ataque del 14 de abril y para nosotros es tan trágico, sobre todo por la pérdida de vidas y por lo que están sufriendo las familias, pero es trágico también porque gracias a las medidas de construcción de paz que había entre fines del año pasado y el 13 de abril, hubo una creciente confianza que se tomó en el proceso y un creciente optimismo en la posibilidad de llegar a una solución negociada.
Este incidente ha dañado esa creciente y frágil confianza que estaba lentamente emergiendo en los últimos meses. Sí fue un golpe contra la confianza emergente desde ciertos sectores, pero les pedimos que más allá de la indignación que hay frente a lo acontecido se puede llegar de nuevo a un punto donde la construcción de medidas de paz pueden disminuir el impacto humanitario en el conflicto y disminuir el peligro de más muertos y lograr reconstruir una confianza perdida.
- ¿Se perdió todo lo avanzado en el desescalamiento del conflicto visto hasta antes de la tragedia de los soldados?
Es obvio que ese incidente frenó, para no decir que retrocedió esa discusión sobre medidas de desescalamiento. La primera medida del gobierno después de los muertos fue anunciar el reinicio de los bombardeos, pero la esperanza de nosotros es que esa discusión se puede intensificar y lograr resultados lo antes posible. Queda claro de lo acontecido es que las medidas que son unilaterales siempre van a hacer muy frágiles y lo que se necesita son medidas acordadas por las dos partes. El desminado es el excelente ejemplo de medida de desescalamiento conjunta.
Pedimos que este incidente motive a la mesa de negociación de trabajar aún más duro y más intenso en la construcción de tales medidas.
- ¿Es posible hoy la verificación del cese unilateral como lo pide las Farc?
La verificación es algo que tiene que salir de la mesa, tiene que ser acordado. Si yo tomo medidas unilaterales e insisto en una verificación de mi parte, pero si no están acordados con la otra parte, esta no va aceptar los resultados. En otros procesos de paz el monitoreo de veeduría empieza con la acción conjunta de las dos partes y los principales agentes de monitoreo son una especie de comisión conjunta de las dos partes, después se agrega un tercer actor por si hay disputas y dar confianza entre los dos.
El pedido de tener un monitoreo por cualquier cese al fuego es muy pertinente, pero lo que se acuerda en ese punto para ser eficaz, para tener credibilidad, tiene que ser un mecanismo acordado por las dos partes, no impuesto unilateralmente.
- ¿Cómo volver a que la ciudadanía crea que el proceso es realizable pese a estos graves inconvenientes?
Las dudas que han surgido ahora y la indignación son entendibles, sobre todo que los ataques se dieron en un momento, como los mostraban las encuestas, ciertos sectores que habían sido escépticos empezaron a pensar que la paz con una solución negociada si era posible y que el proceso sí tenía un valor y que esas esperanzas frágiles recién nacidas quedaron copiados en la cabeza por ese ataque, pero creo que lo que toca hacer ahora es trabajar para volver a ese círculo virtuoso que se había generado con acciones de paz o acuerdos humanitarios como es el desminado.
Quiero recordar algunas cosas que a mi parecer no han tenido la visibilidad que merecen, si uno compara la realidad del conflicto durante los dos años antes del proceso con los dos que lleva la negociación ha habido efectos muy importantes, efectos muy humanitarios, por ejemplo los desplazamiento han sido 30 por ciento menor, es decir hay unas cien mil personas que están disfrutando de sus casas, que sin el proceso de paz estarían en situación grave. El número de enfrentamiento también ha disminuido, y el número de muertos militares si se compara en los dos antes del proceso con el tiempo del proceso ha caído en un 30 por ciento, eso implica que hay 200 militares con vida.
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