La guerrilla de las Farc lanzó este sábado en La Habana un pedido de ayuda en todo el mundo en busca de apoyo para exigir la "libertad inmediata" de su dirigente Simón Trinidad, preso desde hace 10 años en Estados Unidos.
"Este es un S.O.S a todas las organizaciones defensoras de derechos humanos en el mundo, a los juristas y expertos en Derecho Internacional Humanitario, a las organizaciones políticas y sociales de los cinco continentes, a la ONU, UNASUR, Celac, al Vaticano, a las iglesias, a los premios Nobel de Paz, a la gente de bien, a pedir la libertad inmediata de Simón Trinidad", dijo a la prensa Iván Márquez, jefe de la delegación en los diálogos de paz con el gobierno colombiano.
Las delegaciones de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombiay del gobierno de Juan Manuel Santos retomaron el sábado en el Palacio de Convenciones de La Habana sus pláticas de paz, que sostienen desde hace 14 meses, tras dos días de trabajo por separado.
Desde inicios de las negociaciones, las FARC han pedido la liberación de Trinidad y su incorporación a las conversaciones de La Habana.
Trinidad, de 63 años y cuyo verdadero nombre es Juvenal Palmera, cumple una condena de 60 años en una cárcel de Florence, en el estado de Colorado, tras ser declarado culpable por la muerte de tres ciudadanos estadounidenses en Colombia.
Márquez también urgió al Comité Internacional de la Cruz Roja a realizar "una visita humanitaria a Simón Trinidad en la prisión donde se encuentra confinado".
"Instamos al gobierno colombiano a que posibilite a Simón, en su condición de integrante de la delegación de paz de las FARC, intercambiar con sus compañeros en La Habana".
Las Farc pidieron al gobierno colombiano "que actúe con determinación" en este asunto, al criticar que hasta ahora "ha hecho poco o nada efectivo por la excarcelación de Simón; que no hace gestos de paz como su contraparte en la mesa de conversaciones; que no sabe de reciprocidad". Márquez reclamó también a "las autoridades norteamericanas mejorar sus condiciones de reclusión".
Según el jefe de la delegación insurgente en las negociaciones de paz, la "incomunicación (de Simón) es total, no tiene asistencia médica adecuada, le quitaron las gafas, y unas cartas de jugar Solitario; siempre es conducido encadenado de pies y manos a las audiencias; no tiene derecho a un periódico, a un libro".
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