La guerrilla ELN le deseó este domingo "éxito" a las FARC en su conversión a organización política, luego de que este grupo rebelde alcanzara un acuerdo de paz con el gobierno de Colombia para finalizar un conflicto armado de más de medio siglo.
"Nuestro fraternal abrazo y seguirles deseando éxito en el camino emprendido de convertirse en una organización o movimiento político legal, tal como lo consigna el reciente acuerdo entre ustedes y el gobierno", indicó en una carta Nicolás Rodríguez, conocido como "Gabino", jefe máximo del Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista).
El líder insurgente reiteró que su organización respeta pero no comparte "la esencia" de lo convenido entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), que el miércoles alcanzaron un pacto para acabar con más de medio siglo de enfrentamientos tras casi cuatro años de negociaciones en Cuba.
Lo acordado entre ambos bandos deberá ser refrendado por los ciudadanos en un plebiscito el 2 de octubre.
Pese a que "tenemos diferencias, estamos convencidos que ello no debe ser motivo para que los niveles de unidad necesarios entre revolucionarios y luchadores populares se afecten y menos que se rompan", agregó.
"Gabino" afirmó que no ve "clara la voluntad" del gobierno de Juan Manuel Santos para entablar unas conversaciones con el ELN, luego del anuncio en marzo de un acuerdo para iniciar negociaciones formales de paz entre las dos partes.
El diálogo no se ha instalado porque Santos exige que el grupo rebelde libere a todos sus secuestrados y abandone esta práctica antes de sentarse a la mesa de diálogo.
"Desde hace más de 23 años buscamos a través de los diálogos con los gobiernos de turno una salida política al conflicto (...) desafortunadamente en ninguno de esos gobiernos hemos visto voluntad real para buscar la paz", sostuvo el líder del ELN, organización alzada en armas contra el Estado desde 1964.
Colombia vive un conflicto armado que ha enfrentado durante más de 50 años a guerrillas, paramilitares y la fuerza pública, con un saldo de unos 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.
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