Colombia


Economía, polarización y paz: ¿Duque ha mantenido sus posiciones de campaña?

COLPRENSA

13 de noviembre de 2018 06:52 PM

El presidente de la República, Iván Duque Márquez, llegó a sus primeros 100 días de Gobierno en medio de un fuerte debate nacional sobre la propuesta de gravar el 80% de la canasta familiar, exigencias de mayor presupuesto para el sector educativo y con una agenda legislativa prácticamente hundida.

Le cumplió al país las promesas de campaña de tener un gabinete paritario para gobernar y de recorrer los lugares más apartados de Colombia para escuchar a la ciudadanía a través de los talleres Construyendo País. Sin embargo, durante sus primeros meses de mandato el jefe de Estado ha venido cambiando el tono en relación a algunos aspectos sobre los que fundamentó su campaña por la Presidencia. 

Para el analista Andrés Fandiño, si bien no se puede evaluar si un Gobierno es positivo o negativo durante sus primeros 100 días, sí se pueden hacer observaciones importantes, como el hecho de que durante este tiempo no se le ha visto una línea central para gobernar o un tema de fondo sobre el que abandere su discurso.

Al planteamiento de Fandiño, el también analista Jhon Mario González añade que “es un Gobierno al que la opinión pública quisiera darle un compás de espera, pero que en sus primeros 100 días se raja porque además ha reversado en temas fundamentales que abanderó en campaña, en casi todo”.

Uno de esos aspectos está relacionado con la economía del país. Durante su campaña, Iván Duque señaló que no subiría los impuestos y buscaría beneficiar a los empleados, no obstante, al presentar la reforma tributaria, que el Gobierno ha denominado ley de financiamiento, una las principales propuestas es gravar casi toda la canasta familiar con el Impuesto de Valor Agregado (IVA). Dicha idea ha sido rechazada, incluso, por su propio partido, el Centro Democrático.

Jorge Iván Cuervo, experto en política y docente de la Universidad Externado, indica que en campaña generalmente los candidatos no hablan de los desafíos económicos que tendrían que enfrentar una vez se posesionen, pese a que los saben de antemano.

De acuerdo con Cuervo, el déficit fiscal del que se ha venido valiendo el Gobierno para justificar la reforma tributaria se conocía desde el mandato del expresidente Juan Manuel Santos y agrega que no fue responsable por parte de Duque como candidato decir que iba a bajar los impuestos cuando sabía que había problemas económicos en el país.

“Hay un cambio muy radical en el discurso de no subir el IVA. Ahora sale a decir que hay déficit, que hay que financiar la paz y enreda al ciudadano. Un candidato responsable ve las cuentas nacionales. Él tenía que saber que llegaba a una situación complicada en la economía colombiana. Prometió cosas irresponsables”, añade el experto.

Andrés Fandiño en este aspecto sostiene que con el viraje del discurso de Duque queda demostrado que una cosa es ser presidente y otra distinta un candidato a este cargo. Destaca, al igual que  Cuervo, que pese a que antes de ocupar el cargo rechazó el aumento del IVA, ahora pretende incrementarlo de la manera más perjudicial para las clases baja y media.

“Terminó haciendo todo lo contrario: una reforma tributaria con IVA a todo, en especial la canasta básica, que es donde más duro se le puede pegar a las clases baja y media, pero tratando de quitarles impuestos a los empresarios con la excusa de generar más empleos, cosa que no va a ser verdad. Aquí lo que están tratando de hacer es de reventar a los estratos uno, dos y tres  con más impuestos y eso lo que va a generar es más desigualdad y crecimiento de la pobreza, porque la gente va a tener menos capacidad adquisitiva. Un retroceso absolutamente grave y desproporcionado”, señala Fandiño.

Jhon Mario González indica que buena parte del discurso que el presidente construyó en campaña era facilista y se dedicó a rechazar algunas decisiones económicas del entonces jefe de Estado, Juan Manuel Santos. Dice el experto que lo hacía de esta manera porque no pensaba en la posibilidad real de llegar al cargo, pero ahora que está en el ejercicio debe enfrentar las incongruencias del discurso con lo que necesita hacer y por esa razón se ha generado un gran desgaste en su imagen frente a la opinión pública que creyó en sus propuestas.

Otro de los temas que más figuró en la campaña presidencial por parte de los aspirantes fue el tema de la polarización política del país con la que terminó el Gobierno de Juan Manuel Santos, originada en las diferencias frente a los acuerdos de paz con la extinta guerrilla de las FARC, hoy convertida en partido político de oposición a Iván Duque.

El tono del hoy presidente de la República durante su campaña en relación a este tema fue el de intentar reconciliar al país. “Concentrarse en lo que nos une y no en lo que nos divide”, fue una de las frases que más expresaba durante su campaña.

Cuervo asegura que de los precandidatos del uribismo, Duque era el que mayor tono conciliador tenía. “Era por decirlo de alguna manera, el más presentable de los candidatos, con un tono conciliador, de buscar consensos, de tratar de reconstruir un poco la unidad nacional. Eso lo ha cumplido”.

Sin embargo, añade el analista que pese a que su actitud ha impactado en el clima de la opinión pública, no necesariamente se ha resuelto del todo la polarización en el país porque las causas siguen estando latentes en la ciudadanía y la democracia.

Para el experto, el discurso del presidente en temas como la educación ha generado otro tipo de polarización en la sociedad y que puede terminar radicalizándose aún más.

En este aspecto, Fandiño señala que pese a que en muchos sectores digan que Duque acabó con la polarización, esta sigue estando presente en el ambiente político. “Yo creo que la polarización sigue y va a seguir en la medida de que el Centro Democrático trate de seguir polarizando el debate, por ejemplo, no hay nada más perverso que salir a decir que se haga una convocatoria a una constituyente porque no pasan las reformas constitucionales en el Congreso”, añade.

El analista asegura que pese a que ahora no hay un tema grueso sobre el cual seguir polarizando como cuando era la oposición, la única manera de que el Centro Democrático se mantenga vigente es acudiendo a esta estrategia de dividir la opinión pública. Agrega que lo que están haciendo ahora es tomar temas que salgan de la coyuntura nacional, como la plata para la educación. “Están aburridos porque Juan Manuel Santos, que era su ‘muñequito’ para este propósito, se les desapareció”.

Por su parte, Jhon Mario González señala que el presidente no tiene un estilo de confrontación y esto ha hecho que se reduzca la polarización, pero que este aspecto puede ser leído como una falta de certeza en sus acciones o claridad en las mismas.

Por otro lado, frente al tema de la paz, el cual también marcó la campaña presidencial, Jorge Iván Cuervo opina que al jefe de Estado no le queda una opción distinta que asumir que los acuerdos deben cumplirse, porque le queda complicado desgastarse en reformarlos cuando la misma comunidad internacional ayudó a su construcción.

“El uribismo, y él como su candidato, hablaba de hacer prácticamente trizas los acuerdos, de que había  que recoger firmas para revocar el acto legislativo que creo la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y que había que hacer unos ajustes. Duque se montó en ese  discurso, pero una vez llegó entendió que la paz está muy consolidada. En su reciente gira por Europa de lo que más habló fue de eso, diciendo que iban a cumplir los acuerdos”, argumenta Cuervo.

Andrés Fandiño opina que la gente se creyó ese discurso demagógico y populista de que los acuerdos de paz le entregarían el país a las FARC, pero que ahora en ejercicio le queda a Duque complicado demostrar esos planteamientos.

“Se han dado cuenta de que el acuerdo sí está acorde al Estatuto de Roma y que deben cumplirlo. Han querido hacer unas 'chambonadas', como crear unas salas especializadas en la JEP para los militares. El Gobierno se está dando cuenta de que no puede hablar por hablar. Ese discurso populista y demagógico ya no lo pueden seguir sacando”, añade Fandiño.

Para Jhon Mario González, la paz es el ‘reversazo’ más grande que ha tenido Duque, porque construyó un discurso en campaña sobre reversar buena parte de los acuerdos de paz, pero que con el paso de los meses comenzó a sentirse cómodo con lo que le había  dejado Santos.

“Había dicho que iba aponerle coto al periodo de la JEP y todo eso se abandonó. Nada le está cambiando a los acuerdos de paz, pero se dio cuenta que su discurso de campaña había generado  incertidumbre en los desmovilizados y en muchas de las regiones del país que los albergan. El reversazo mayor se dio cuando fue a Pondores en La Guajira para  hablar con los desmovilizados”, indica González.

El experto sostiene que estos cambios de postura de Duque son lesivos para su liderazgo presidencial porque de alguna manera es un engaño al elector que tomó la decisión de votar por él basado en su discurso de campaña.

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