Los residuos fecales de mascotas dejados en las áreas comunes de la ciudad, sobre todo en las zonas verdes, representan un problema para la labor ambiental que realizan los operarios de la empresa de aseo Pacaribe.
“Es bastante frecuente y complicado para nuestro personal, estar encontrando todos los días excrementos de animales en los parques y zonas verdes en general que nos encargamos de limpiar, porque recoger ese tipo de residuos no hace parte de nuestra función, y la adecuada disposición de esos desechos es responsabilidad de los dueños de mascotas”, aclara Carlos Romero, jefe de Operaciones de Promoambiental Caribe (Pacaribe).
Muchas veces los operarios de esta compañía reciben de los habitantes una actitud presionante y hasta insultante, en la que les exigen recoger los excrementos de las mascotas, y les recriminan de manera airada por no hacerlo, pero el personal de limpieza no tiene esa obligación.
EL DEBIDO PROCEDIMIENTO
Explica Romero que la práctica de tratar adecuadamente los residuos de animales ha sido mejor asimilada en la zona turística de Bocagrande y sectores vecinos, y en la Zona Norte de la ciudad, es decir, en los estratos sociales altos, donde se ha logrado que las personas, aunque no todas, lleven en la mano bolsa pequeña cuando salen a caminar con sus mascotas a los paseos peatonales, parques y calles, para recoger la deposición del animal.
En los barrios populares el tema es más complicado, “porque la gente tiene la percepción de que está bien que su mascota haga sus necesidades en las zonas verdes, y dejarlas allí”, lo cual conduce a perjuicios ambientales y de insalubridad para el vecindario, afectando además la imagen de la ciudad.
SE LES EXPLICA
Cuenta Carlos Romero que ante esas situaciones incómodas, el supervisor de Pacaribe en las zonas donde se han presentado estos casos, se ha acercado a los ciudadanos a explicarles que ese tipo de residuos tienen otro tipo de manejo que debe hacerlo el propietario del animal, para no dejarlos expuestos a la intemperie generando contaminación al medio ambiente.
Claramente se les recalca que a los operarios del sistema de aseo no les corresponde hacer tratamiento de excrementos, y que la obligación directa la asume cada persona que tenga mascota, que debe recogerlos en bolsas pequeñas y disponerlos en la bolsa grande de basura, debidamente asegurada, para que el camión recolector la retire o se la lleve.
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