Para Mariana Pajón el legado de un deportista no tiene su mayor valor en las alegrías que pueda ofrecer a la gente a través de sus logros deportivos, sino en las enseñanzas que puedan compartir a sus seguidores.
Y eso es lo que la doble campeona olímpica quiso hacer con las niñas del colegio Jesús Maestro Sueños y Oportunidades, en el barrio Nelson Mandela, durante el programa ‘Nómada’ que surgió tras una alianza entre la Fundación Plan y Samsung.
El programa busca educar a las menores en temáticas como igualdad de género y valores constructores de paz a través de actividades que mezclan el deporte y las nuevas tecnologías.
En la jornada, que se extenderá -durante un año- a otras instituciones y comunidades, participaron 32 niñas del colegio, que escucharon la historia de la bicicrosista Mariana Pajón como un ejemplo de que los sueños se pueden cumplir si se lucha por ellos.
“A parte de que los deportistas podemos traerles alegrías y medallas a la gente, yo creo que tenemos una gran responsabilidad con el país y es dejar un legado. Para mí esto es muy importante y es eso lo que nos define como campeones. No es porque seamos los mejores de nuestra disciplina, sino porque somos capaces de compartir y de mostrarle a la gente que sí se puede, que hay posibilidades en la vida, pero hay que luchar e ir por ellas. Por eso estoy aquí y así como yo aprendo de ellos, les comparto mi experiencia para que vean que si yo lo logré, ellos también lo pueden hacer”, explica Pajón sobre su responsabilidad social.
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La deportista compartió los sueños que tenía cuando era una niña, las dificultades que tuvo que sortear para escalar en un deporte que para entonces solo practicaban hombres y la disciplina que empleó para llegar a ser la mejor del mundo en BMX.
Escuchó también los sueños y las dudas de la niñas, que la ven como un ícono de lo que les gustaría ser.
“A todos los niños que tienen sueños les digo que yo también tuve un sueño y creí que lo podía lograr. Cuando yo tenía 5 años decidí que iba a ser la mejor del mundo y con dedicación, con responsabilidad, con estudio, que es muy importante, logré ser lo que soy ahora. Así que cualquiera lo puede hacer también. Las posibilidades y que se abran la puertas llegan es porque tú te lo ganas, nadie te lo va a dar”, apuntó la deportista.
“Para mí la educación es la base de todo. Mi mamá es profesora y por eso siempre supe que las bases de valores y lo que quieras hacer en la vida se logra con una buena educación y esta alianza es hermosa porque sirve para darle posibilidades y herramientas a comunidades para que tengan sueños y la posibilidad de luchar por ellos”, añadió.
Para Roxana Roamaña, estudiante de noveno grado, la jornada le permitió vivir un gran momento junto a sus compañeras, aprender sobre nuevas temáticas y a entender la importancia de trabajar para cumplir los objetivos.
“La experiencia con Mariana fue espectacular porque ella es una muchacha muy humilde, ha luchado por sus sueños y nos da una motivación para que nosotras también luchemos por lo que queremos y para que luchemos por la igualdad de género, porque todos somos iguales y tenemos las mismas capacidades aunque seamos diferentes en color de piel o pensamiento”, contó.
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