Nueve meses sin cuerpo y sin velorio, un dolor en suspenso

Los familiares de Eliana Grau sufren sin sepultar a su niña, su cuerpo fue hallado calcinado el 26 de marzo, aún no le dan una respuesta sobre la identidad ni les permiten realizar sus exequias.
El lunes 26 de marzo de 2012 comenzó la pesadilla y la larga espera para Cristobal*, un humilde taxista que lleva ya más de 9 meses sin saber nada de su hija o poder reclamar un cadáver que presuntamente sería el de ella.
Cumpleaños, día del padre, Navidad o Fin de año, son festividades que ya no tienen sentido para este hombre que ha perdido 7 kilos, sueña con su hija, Eliana Patricia Grau Montes y se pregunta si es posible que regrese o si es el cadáver irreconocible que permanece en la morgue de Barranquilla.
Hallan cuerpos calcinados
El 26 de marzo del 2012 en la variante Mamonal – Turbaco, cerca de Nelson Mandela fueron hallados tres cuerpos quemados en un 80%. Sus rostros eran irreconocibles y las huellas dactilares habían sido borradas. Sin embargo, tras conducir los cuerpos a la morgue de Medicina Legal en Barranquilla se logró identificar a uno de ellos como Juliana López Cordero, quien fuera la compañera sentimental del médico Wisting Fierro, quien tenía dos clínicas de estética en la ciudad. Lea aqui: Hallan 2 personas calcinadas.
Eliana tenía entre 5 y 6 meses trabajando en la estética y la Clínica con Wisting Fierro y llegó a ser muy cercana a su mujer, Juliana López Cordero, por lo que en el momento se pensó que el tercer cuerpo sería el de la joven, que hacía solo tres días había cumplido 19 años.
“Encuentran a la mujer del doctor, y el doctor y la hija mía andaba con ella. Entregan a la patrona, el otro cuerpo es mi hija, dicen que el otro es el doctor. ¿Dónde los botaron? En la camioneta del doctor, según los mataron en la Clínica. Entonces lo que me dicen es que no me ponga a estar divulgando, hablando, yo eso lo entiendo pero es mi dolor”, dice Cristóbal.
Están jugando con nosotros
Los cuerpos fueron trasladados a Barranquilla para ser estudiados. Por lo calcinados que estaban debían ser examinados con rayos x  para verificar si la muerte se causó antes de que los cuerpos fueran consumidos por el fuego y el estado descompuesto.
“En Barranquilla fue que le hicieron los exámenes al cuerpo -dice el padre- y nos tienen de aquí para allá y no la han entregado. Mire el tiempo que es, están jugando mucho con uno”.
Al parecer, a la familia de Eliana le informaron que el proceso de identificación del cadáver tomaría seis meses pero la espera continúa.
“Yo sé que es una cosa delicada, pero a mí no me interesa quién haya hecho lo que haya hecho, yo lo que quiero es que me entreguen a mi hija para darle sana sepultura. Que las autoridades se encarguen de lo que tengan que encargarse. Porque uno no es nadie para juzgar, pero ajá si mi hija estaba en el lugar equivocado  trabajando con ellos y mire lo que le pasó”, dice.
Y es que su vida no ha sido la misma, Cristóbal no había vuelto al trabajo, su salud y su estado anímico desmejoraron mucho.
“Yo estaba juntando una platica para enterrarla, me la he comido porque no he podido trabajar durante 6 meses porque no me daba pie para trabajar, cuando al fin salí a trabajar lo que hice fue ir a donde los quemaron”, expresa.
Gracias a la ayuda de los amigos este padre de familia ha ido saliendo adelante pensando en sus otros hijos, por quienes debe responder. Sin embargo, guarda la esperanza de que no sea su hija y que algún día lo llame para decirle que está viva.
“Cada vez que se me mete ella en la mente vuelvo al lugar donde la encontraron. He soñado cosas con ella, sueños horribles y cuando se despierta uno, es muy triste. Es duro. Cada vez que puedo paso, y espero que se haga la voluntad de Dios”.
No hay sueño tranquilo
La tranquilidad en la familia Grau se terminó, no hay día que no la recuerden y deseen siquiera tener una tumba donde ir a llorar. Saber a ciencia cierta que la mayor de cinco hermanos, la estudiante ejemplar y amiga incondicional ya no está entre ellos.
“Entre nosotros mismos nos aferramos a Dios. Es una zozobra, una agonía. Usted sabe lo que es todos los días pensar – dice angustiado- me va a llamar la niña, ahorita me llama, será que estará en alguna parte. Hemos ido a Sincelejo a averiguar por ella, la abuela vino, todo el mundo ha venido, A todas partes hemos ido a buscarla”.
“El hermanito de 8 años pregunta a veces, ‘Papi, ¿dónde está mi hermana?’ ¿Qué le puede contestar uno? Decirle que la mataron o se murió. El otro hermanito de 12 a veces le dice ‘Tu hermana está en el cielo’ y me ha preguntado ‘¿Por qué está en el cielo?’ yo no le contesto. Me hago el desentendido o me pongo a jugar o le doy para que se compre un boli o algo  para que se distraiga. Ella era muy cariñosita, muy pegajosa, le gustaba estar molestando, jugando, pero Dios lo quiso así. Así será”.
Eliana es descrita por su familia como una joven dedicada completamente a sus estudios, pues su meta era ayudar a sus papás a educar a sus hermanos. “Siempre decía: ‘Papi ahora que yo sea una profesional ya no vas a trabajar mucho. Yo voy a ayudar a mi hermana a estudiar y ya tu ves por los pequeños’”.
Eliana, siempre pendiente de su familia, el día que desapareció fue la última vez que habló con su padre. Él la llamó para que le fuera a llevar un regalo al nieto de su hermano. “Me dijo que iba más tarde pero nunca llegó. Mucha gente se comunicó con la hija mía hasta el sábado, ya después no los vieron más”.
El lunes (26 de marzo) fueron encontrados los cadáveres calcinados de tres personas, en un lavadero fue hallada la camioneta de Wisting Fierro. Los documentos de las víctimas aparecieron días después en el segundo piso de una de las clínicas de Fierro, alguien los llevó, no se saben quién y en la Sijín no les hablan al respecto.
Sin embargo, Cristóbal no quiere respuestas al respecto, de hecho no revela su identidad porque no sabe qué hay detrás de ese crimen, pero lo que le interesa es que les entreguen el cuerpo de su niña para sepultarla y que descanse en paz, así como su familia.