“Manolo vino, navegó por el caño y prometió que las reinas pasarían por aquí, pero ni pasaron las reinas, ni el Juan Angola mejoró”, Fredy Ríos mira las aguas del Juan Angola frente al barrio 7 de Agosto, de vez en cuando algunas burbujas de aire salen a la superficie y se forma un pequeño movimiento que desaparece al poco tiempo. El caño se está muriendo, dice Fredy, sobrevive por pura terquedad.
Un año después
Hoy exactamente hace un año se preveía que por un tramo de este cauce pasaran las candidatas al Reinado de la Independencia, pero tras una jornada de limpieza, por el poco tiempo que había y el estado de contaminación del caño, se optó por una zona de la bahía, mucho más fácil para la realización del desfile.
El entonces alcalde Mayor, Manuel Vicente Duque, explicó que la mirada al caño iba más allá de un evento de reinas y que la limpieza continuaría. “La idea es que los cartageneros sepamos que este cuerpo de agua puede ser fuente de vida, puede servir como medio de transporte, de recreación...”, dijo el exmandatario en octubre del año pasado.
La esperanza de los vecinos era que con ese llamado de atención pudieran darse la limpieza y el dragado que el caño necesita hace años, pero el programa se quedó en el sector La Unión. “Hasta acá no llegó nada de la limpieza, esta es la zona más limpia que usted puede ver de Juan Angola, pero es porque los vecinos la mantenemos así, porque peleamos con los que vienen a tirar basuras por acá”, rescata un miembro de la Junta de Acción Comunal (JAC) del barrio.
El presupuesto y lo hecho
Mejorar el estado del Juan Angola fue uno de los retos de la alcaldía que no se lograron durante este 2017, aunque sí se hicieron actividades, como la campaña con carromuleros del sector para que no se depositara basura o escombros en cercanías del puente Benjamín Herrera, que comenzó en abril. Sobre ello, algunas personas dedicadas al oficio dijeron que además de la campaña, faltan espacios cercanos para depositar los residuos. “Nosotros estamos pidiendo que nos pongan tanques por acá, porque a veces quedamos muy lejos de Chambacú, que es donde están los contenedores más cercanos”, dijo Armando Jenico, carromulero que lleva más de 14 años trabajando en la zona.
También se abrió el programa de guardianes del caño Juan Angola por parte de la Guardia Ambiental y en agosto el Establecimiento Público Ambiental (Epa) dirigió una limpieza de mangles. Pero no parece suficiente. “Aquí tienen que dragar, por la sedimentación; tienen que hacer corte técnico, porque los mangles que están sobre el agua no dejan que el agua fluya lo poquito que puede correr y se le tiene que hacer un mantenimiento periódico que no se le hace de manera integral desde hace varios años”, destacó Ríos.
Para el 2018, la alcaldía pretende disponer $15 mil millones para la limpieza y otras obras en el cuerpo de agua.
La lenta muerte
Los recuerdos de un caño que todo les dio habitan aún en la mente de los habitantes del 7 de Agosto. Los más viejos añoran incluso cuando de la Ciénaga de la Virgen venían pescadores cargados de comida, que vendían a precios muy baratos y que alcanzaba para comer por varios días. “Esto era un barrio de pescadores, de aquí salían camarones, cangrejos y toda clase de peces: mojarras, robalos... pero ahora hasta la fauna de los árboles cercanos se perdió... se muere el caño, nosotros mismos lo estamos matando”, concluyó Ríos.
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