La intolerancia sigue opacando las Fiestas de Independencia de Cartagena. Así lo confirman los 15 asesinatos que ocurrieron entre el sábado 3 de noviembre, a partir de las 8:30 de la noche, y el lunes 12, hasta el mediodía.
Y fue precisamente en un evento de las fiestas en que comenzó a derramarse la sangre para dar paso al dolor. La primera víctima cayó a manos de desadaptados tras finalizar un bandito que se realizó en el barrio Los Calamares, el sábado 3 de noviembre.
A partir de ahí, las fiestas dejaron luto en 14 hogares de Cartagena y uno en Turbaco en medio de celebraciones donde predominó el alcohol, las imprudencias, las riñas, las armas de fuego, los cuchillos y picos de botella.
En aumento
El año pasado, entre el domingo 5 de noviembre y el lunes 13, hubo 15 homicidios; cifra superior a la que hubo en 2016: 7 asesinatos.
El Cosed precisó que “el comportamiento general de los homicidios durante el periodo analizado en lo concerniente a las fiestas novembrinas data principalmente de una tendencia creciente que pasa de 10 a 15 casos entre los años 2000 y 2017, pasando por momentos fluctuantes en los que se observa el 2008 como el año de menor cantidad de casos, 1, y el 2012, con un total de 18 casos, como el de mayor cantidad”.
De los 15 asesinatos ocurridos entre el sábado 3 y el lunes 12 de noviembre, nueve ocurrieron a partir del jueves 8, día en que se iniciaron oficialmente las fiestas con el Desfile del Bando en la Avenida Santander.
De esos 15 homicidios, siete fueron cometidos con arma blanca, siete con arma de fuego y uno con arma cortopunzante -pico de botella-. En dos barrios ocurrieron dos casos -El Pozón y El Bosquecito-; y uno sucedió en Turbaco. Los demás hechos fueron en los barrios Los Calamares, Flor del Campo, Pasacaballos, La Esperanza, Henequén, Urb. La Sevillana, Villa Estrella, Nelson Mandela, Olaya Herrera y Nuevo Bosque.
La víctima más joven de los homicidios tiene 16 años y la más adulta, 87.
Versiones policiales indicaron que en la semana de las fiestas de Independencia hubo tres crímenes en sicariatos (Turbaco, El Pozón y La Esperanza); un enfrentamiento entre la Policía y un sospechoso que dejó muerto a Pedro Baena Puerta en el barrio Henequén; una muerte en atraco -urbanización La Sevillana-. De los 10 asesinatos en riñas, tres ocurrieron mientras se realizaban banditos o celebraciones festivas en los barrios Los Calamares y El Bosquecito.
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