Aunque los problemas de Esmeralda Pérez no han tenido del todo una solución, desde que su historia se dio a conocer muchas personas han colaborado para que la calidad de vida de ella y su hija de 10 años sea un poco mejor.
La mujer, residente del barrio El Pozón, quien a causa de una meningitis ha perdido la movilidad de sus piernas y tiene problemas para hablar, siempre ha sido optimista y agradece de todo corazón la ayuda que le han brindado, hasta el momento. Pero para quienes se han involucrado con su caso, hace falta mucho más.
“Como se publicó en una anterior edición, lo que deseamos ahora es adecuar la casa de Esmeralda y la niña. Para eso hemos recibido la colaboración de un maestro de construcción que quiere poner su trabajo y ya fue hasta la vivienda e indicó lo que hay que hacer”, dijo una de las personas de un grupo de mujeres que se ha comprometido con el caso de Esmeralda desde que la conoció.
Una vez se hizo la cotización de los materiales que se requieren para restaurar la vivienda, los lectores de El Universal empezaron a llamar interesados en hacer sus donaciones.
La dificultad para almacenar varillas, sacos de cemento, tubos y demás, se solucionó con la ayuda de Homecenter que ofreció unirse a la causa por Esmeralda.
“La manera en la que el almacén, dedicado a la distribución de materiales de construcción, va a ayudar es creando una lista, como las que se hacen para las bodas, en las que estén referenciados los elementos que se necesitan con el fin de que las personas vayan y escojan lo que esté al alcance de sus manos. También se pueden hacer donaciones en dinero que van a ir a una cuenta especial para Esmeralda, con lo que el mismo almacén comprará lo que falte para la obra”, afirmó la colaboradora que logró contacto con la multinacional chilena.
Además de la adecuación de la casa, se incluyó la construcción de un pequeño local en el que madre e hija puedan vender algunos productos que les permitan un ingreso, ya que no cuentan con ningún tipo de subsidio o ayuda económica por parte del Distrito o su familia, a pesar de su precaria condición.
Mientras tanto, Esmeralda y Yulieth Tatiana, su hija, sobreviven gracias a la caridad de sus vecinos y el buen corazón de quienes se han sentido tocados con su dificultad.
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