Un amor incondicional, a primera vista, si no existiera la muerte diríamos que perpetuo. Farid Ganem y Rosa Pareja desde que tuvieron aquel encuentro fortuito en el Centro Histórico de Cartagena se enamoraron.
“Apenas me vio, su corazón quedó flechado conmigo, yo iba con una amiga caminando por el Centro y él también caminaba con un amigo. Él la conocía a ella y allí nos presentó, después de un mes me confesó el amor que sentía por mí”, cuenta doña Rosa.
A Farid, Rosa lo inspiraba, sabía que no necesitaba mucho tiempo para darse cuenta de la gran mujer que era ella, por eso, al mes de conocerla le pidió que fueran novios. Pero como toda mujer de casa, juiciosa y respetable, Rosa se dio a rogar un tiempo y poco después lo aceptó. Bajo la vigilancia de sus familiares, él la visitaba, pasaban horas y horas sentados en unas mecedoras hablando de todo tipo de temas, escasos eran los besos y las caricias, más las miradas y las frases de cariño.
“Antes las cosas se manejaban con mucha rectitud, no me dejaban salir mucho, fuimos una sola vez a cine”, afirma Rosa.
A los 9 meses de noviazgo, un 20 de diciembre de 1943 contrajeron nupcias en Cartagena.
Entonces comenzaron los mejores años de la vida para ambos y también los grandes desafíos. Llegó el primer hijo, quien a los 8 meses de haber nacido falleció tras una infección en el estómago. Por sus vidas han cruzado muchas personas, han visto morir a varios seres queridos, pero el mejor regalo hoy que cumplen 71 años de casados es tenerse el uno al otro.
A grandes pruebas, grandes personas que las superan, ellos son la muestra. Siete hijos tuvieron, el mayor de ellos, Farid, tiene 70 años.
Esposos ejemplares
A don Farid, a sus 94 años, como es normal, le ha ido fallando la memoria, pero de la única persona de quien tiene conciencia es de Rosa. “Ella es mi amor, es una palomita bien bonita para mí, es lo más lindo que tengo”, afirma. Aún lo inspira a cantarle, a dedicarle versos y a recordarle cuánto la ama.
Caminando por una calle del Centro Histórico se conoció la pareja. Ambos quedaron flechados al instante de mirarse, por lo que aseguran: “nadie sabe dónde se puede hallar el verdadero amor”.
Padres y abuelos excepcionales
Siete hijos, 25 nietos, 25 bisnietos, así está compuesta la familia de la pareja. Todos sus hijos son profesionales, también sus nietos, aún están viendo a los bisnietos formarse.
“Con los esfuerzos de Farid levantamos a todos nuestros hijos. Él trabajó toda su vida en Colpuertos y yo fui ama de casa.
Tenemos profesores, agrónomo, odontólogo, ingeniero civil, promotora social, maestra”, expresa orgullosa la mujer.
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