Por cuenta de dos canales de aguas pluviales y de una loma en malas condiciones, el barrio Andalucía podría catalogarse como uno de los más arriesgados de la Localidad 1 de Cartagena.
Precisamente, la semana pasada la dirigencia comunal llamó la atención sobre nueve casas de la calle Granada que se encuentran en alto riesgo, debido a unas filtraciones de agua cuyo origen no está muy claro, pues mientras los residentes creen que se trata de una vieja tubería orificada de las extintas Empresas Públicas Municipales de Cartagena, la empresa Aguas de Cartagena considera que es el efecto de un ojo de agua natural, de esos que abundan por la zona.
El barrio Andalucía tiene 71 años de existencia. Pertenece a la Localidad 1. Está clasificado como estrato dos. Cuenta con 1.200 predios y seis mil habitantes. Y tiene como vecinos los barrios Piedra de Bolívar, La Gloria 1, España, El Conquistador y José Antonio Galán.
Leandro Calvo de Hoyos, el presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC), dice que por el barrio cruzan dos canales de aguas pluviales: Amador y Cortés, y La Gloria, que hace cuarenta años funcionaban sin contratiempos, pero en las últimas décadas algunas viviendas se han ido conectando a ellos para descargar sus aguas servidas, de modo que dichos conductos se han ido volviendo insuficientes para transportar tantos volúmenes de agua, lo que hace que en cada aguacero se desborden e inunden las calles y las casas cercanas.
“Las calles que sufren con esos canales son la San José y la Granada --afirma Calvo de Hoyos--, pero cuando uno busca la colaboración de las autoridades, estas se tiran la pelota entre sí. Si vas a Aguas de Cartagena, te dicen que eso es asunto de la Secretaría de Infraestructura del Distrito. Y si vas a esta, te informan que el asunto es con Acuacar. Y así llevamos varios años en las mismas”.
Entre otras cosas, hace cuatro años, por la situación de estos canales, la comunidad pidió al Distrito una jornada de fumigación, pues era tan precario su estado que se temía un brote de chikungunya o de dengue.
También lleva mucho tiempo discutiéndose con las autoridades la situación de nueve casas que se levantan entre las calles César Díazgranados y Pedro Barrios, que están sobre una loma cascajosa que cada vez se desmorona más, “preocupación que le hemos comunicado a Gestión de Riesgo del Distrito, a Corvivienda y a Infraestructura, pero todos se lavan la manos, porque supuestamente la solución no es de su resorte”.
Aunque el barrio es relativamente pequeño y uno de los más centrales de la Localidad 1, tampoco escapa a los problemas de orden público, dado que, según los vecinos, en los últimos tiempos es alto el índice de jóvenes desocupados, quienes frecuentemente protagonizan riñas en la calle El Escorial, “pero también se dedican a tirar piedras y almendras en las casas de los jóvenes serios. Y los padres no se pronuncian, dizque porque son cosas de la adolescencia. Pero si los vecinos se pronuncian, entonces nos tratan de sapos y de que se la tenemos enfilada a sus hijos”.
En esas mismas calles donde los adolescentes desorientados organizan sus encuentros violentos, también hay vecinos inconformes con los propietarios de carros que toman las vías como parqueaderos, impidiendo que el camión del aseo haga un recorrido completo, lo que trae como consecuencia que las basuras se quedan en las terrazas.
Junto con esa queja también están las querellas por la baja presión del servicio de agua potable, anomalía que la Junta de Acción Comunal ha dado a conocer a Acuacar en varias ocasiones, pero es en los últimos meses cuando los operarios han venido trabajando en el barrio para superar la molestia.
Igual que las fluctuaciones del agua, también son las de la energía eléctrica, pero con la diferencia de que a muchos usuarios se les han dañado sus electrodomésticos sin que alguien les responda, “aunque también reconocemos que no todo es culpa de la empresa Electricaribe, ya que sabemos que algunas familias morosas se pegan en las redes de los usuarios puntuales y sobrecargan la potencia”.
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