El barrio La Concepción sufre de casi las mismas problemáticas que aquejan a la mayoría de barrios de Cartagena, pero a sus habitantes les preocupan solo dos: la inseguridad y los trancones vehiculares.
Se trata de uno de los barrios que bordean la carretera Troncal de Occidente, la mayoría de los cuales empezaron como casa fincas, con enormes patios y arboles frutales, donde el mejor de los patrimonios eran el silencio y la tranquilidad.
Acaba de cumplir 60 años de fundado. Está clasificado como estrato 4. Pertenece a la Localidad 3. Consta de 250 predios y 1.250 habitantes. Tiene como vecinos los barrios Santa Mónica, La Providencia, Ciudad Sevilla y la antigua carretera de Ternera o diagonal 32.
La mansedumbre casi rural que se respiraba en La Concepción se fue quebrantando paulatinamente con el apogeo comercial que brotó en la llamada Nueva Cartagena, fenómeno del que el barrio no fue ajeno.
De un momento a otro, las grandes viviendas que se levantaban a orillas de la Troncal de Occidente empezaron a ser compradas por grandes inversionistas, quienes construyeron edificios y locales comerciales, que son ahora los que ocupan ilegalmente el espacio público y obligan a los transeúntes a caminar por las vías, aunque se expongan a ser arrollados por alguno de los miles de vehículos que irrumpen en los predios del barrio.
También irrumpen los ladrones motorizados, quienes, a cualquier hora trafican las calles solitarias, halan bolsos, arrastran a las propietarias, encañonan a quien vean manipulando un teléfono celular y hasta han llegado al extremo de meterse en los apartamentos y viviendas.
“Aquí pasa lo mismo que pasaba en el barrio Alto Bosque --compara Jorge Díaz, uno de los residentes--: La Concepción tiene muchas salidas y entradas. Por eso los ladrones dan el raponazo intempestivamente y, cuando uno quiere reaccionar, ya han tomado cualquier calle que los lleve a la antigua carretera de Ternera o la Troncal de Occidente, desde donde pueden escabullirse con más facilidad aún”.
Por su parte, Faustina Castillo de Barrios, asegura que “uno llama al CAI, pero los agentes llegan cuando ya no hay algo que hacer. Tenemos frente de seguridad, pero nos faltan cámaras, porque en la última reunión que organizamos con Distriseguridad, nos dijeron que ya no tenían presupuesto para dotarnos unas nuevas. También quedamos sin alarmas, porque las desactivaron en cuanto se acabó el contrato entre el operador y el Distrito”.
Pero el latrocinio es una de las partes de la situación caótica que se vive en La Concepción. La otra parte la constituyen los cambios viales que hace unas semanas el DATT puso en funcionamiento.
“Nos anunciaron que tanto la carrera primera como la segunda iban a quedar en un solo sentido --cuentan los afectados--, pero no pusieron las señalizaciones que prometieron. Aparte de eso, la carrera segunda quedó sobrecargada con todo el flujo vehicular que viene por la antigua vía de Ternera, además de los vehículos de los residentes. Ahora, en la Troncal, se forman nudos desde la carrera segunda hasta el SAO y el Biffi, molestia que antes no existía”.
Otra de las promesas incumplidas por el DATT, según los moradores, fue la prohibición del paso de vehículos pesados, ya que el pavimento fue hecho hace más de 40 años solo para carros livianos, “pero con este desorden y esta falta de señales entran y salen todos los carros habidos y por haber”, dice el residente Osvaldo Marrugo y agrega que “cuando recién se hicieron los cambios nos mandaban uno o dos agentes de tránsito, pero después como que se les olvidó y ahora ambas vías son usadas en doble sentido, y la mayoría del pavimento se está quebrando”.
Mientras tanto, la construcción de edificios con parqueaderos muy pequeños o sin ellos, también contribuye a la congestión, porque los propietarios de apartamentos toman las calles como estacionamientos.
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