La teología no siempre lleva sotana

Después de la respuesta siempre aparecen caras de asombro y la contrapregunta “¿Teología?”.
Desde los 17 años Verónica Naranjo Quintero responde “sí, teología”, la profesión que escogió al terminar el colegio, cuando era aún más raro que una mujer, una mujer laica, eligiera esa formación.
Hoy Verónica tiene 23 años, es apasionada por la escultura, vincula el arte con su profesión, está cursando una maestría en su área y dicta clases de antropología en la Fundación Universitaria Luis Amigó (Funlam).
Esa institución fue la que le entregó el título de pregrado a Verónica, quien se acercó a la Teología por el camino de la Filosofía. El interés por asuntos como la muerte y el vacío le ganaron el pulso a la Música, la otra opción que contemplaba.
Casos como el de Verónica, en los que los laicos se interesan por la Teología parecen cada vez más comunes, como lo confirman ella y su amiga Natacha Ramírez, a punto de conseguir ese título pero en la Universidad Católica de Oriente (UCO).
Natacha cree que ahora hay “una cierta sed de conocer la Teología” en más personas. En su caso el interés empezó a cultivarse desde los 15 años cuando hacia parte de una comunidad laica.
La experiencia que ella ha tenido de Dios ha sido fuerte y desde la religión católica, pero considera que con sus estudios ha contemplado un espíritu crítico. Y es que tanto Natacha como Verónica coinciden en que existen mitos alrededor de la Teología que cierran las puertas a públicos más amplios. Uno de ellos es que es una carrera exclusiva para sacerdotes o monjas.
El asunto parece estar cambiando porque según Verónica la mayoría de los que se gradúan ahora en la Funlam son laicos, pues los religiosos que se matriculan generalmente viajan mucho y no pueden tener un ritmo constante en la U.
El asunto de generar conocimiento también estaría siendo decisivo porque en la Funlam tienen varios niveles de investigación en los que según Verónica cabe el pensamiento libre.
En la UCO lo que nota Natacha son más posibilidades de mirar otras creencias, pues los contenidos no se centran en la religión católica. Ese programa, según informó la institución, “comenzó hace cuatro años con un grupo de 15 personas como una respuesta de la diócesis a la gran cantidad de sacerdotes, religiosos y laicos interesados en el tema de la teología”.
En la Corporación Universitaria Adventista, el objetivo es claro. Allí crearon la Licenciatura en Teología con el objetivo formar y educar a los pastores y administradores para el servicio de la iglesia adventista.
Vanston Archbold Hooker, decano de la Facultad de Teología de esa institución reportó buena salud del pregrado. Cada año gradúan a unos cuarenta profesionales de ese programa que hoy cuenta con cerca de 250 estudiantes, algunos de ellos oriundos de México, Venezuela y Brasil, que se vienen a formar como docentes o líderes religiosos.
Entre los 62 alumnos matriculados hoy en la UCO hay profesionales del Derecho y el Área de la Salud. Uno de ellos es un médico internista.
¿Por qué un profesional que trata de salvar vidas se pregunta por la presencia de Dios? Para Verónica la respuesta es fácil: “El ser humano no es solo hueso. No es solo un aparato. También es alma”.
Respuestas de la Teología a preguntas por la existencia, como las que se pudo haber hecho el médico internista, son las que han orientado a Natacha y a Verónica en el arte de vivir.
Ambas hablan con tranquilidad de la vida, tienen planes de ser investigadoras, y docentes universitarias.
Contexto: otras opciones para formación de teólogos
La Universidad Santo Tomás informó que fue la primera universidad en impartir Teología en Colombia, desde 1580. Este semestre la institución anunció que luego de toda una tradición en esa área volvió a abrir, restaurado, el programa en Bogotá.
Otra de las instituciones de Educación Superior que tiene un pregrado en Teología en Medellín es la Universidad Pontificia Bolivariana, que la ofrece desde una posición confesional y además tiene una maestría en el tema.