Juana María Pérez Torreglosa vive hace 13 años en uno de los sectores del barrio El Socorro. Su casa, ubicada a un lado de la vía por donde transitan cientos de vehículos y rutas de busetas, no ha sufrido percances, pero sí ha visto cómo otras han sido víctimas de accidentes que han afectado su fachada.
Es por esta razón que la comunidad decidió colocar un “policía muerto” para obligar a reducir la velocidad y evitar percances. Esta acción les dio resultado, pero no era legal.
“Nos quitaron el que habíamos hecho porque era demasiado grande. Y la verdad es que nosotros lo hicimos porque había mucho accidente y los más perjudicados eran los de la casa del frente. La ultima vez se accidentaron 5 carros sobre ella”, dijo la señora Juana.
Los nuevos reductores de velocidad conformados por taches que van incrustados en el asfalto, buscan que los conductores bajen su velocímetro a 30 kilómetros por hora, pero, según los residentes, esto no pasa.
“No se nota que bajen la velocidad, al contrario pasan como si no hubiese nada ahí. En cambio, con el anterior sí porque era en cemento. Precisamente hoy un motociclista casi se cae por que iba a toda velocidad y le echó la culpa fue a un hueco que también hay y que nunca han arreglado”, siguió comentando nuestra fuente.
¿QUIÉN LOS CAMBIÓ?
Según una orden de tutela interpuesta por un ciudadano cartagenero quien alegó que habían reductores de velocidad con medidas tan exageradas y que habían sido puestos por los mismos habitantes que perjudicaban el paso por el lugar y desajustaban los vehículos, el Tribunal Administrativo de Bolívar falló a su favor y la Secretaría de Infraestructura comenzó el cambio de aproximadamente 480 resaltos en toda la ciudad.
Por su parte, el Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte dijo que si los vecinos quieren que se les instalen nuevamente los resaltos, deben hacer la solicitud ante esa dependencia.
DEBE HABER UN SEMÁFORO
Además de la queja anterior, los habitantes pidieron la instalación de un semáforo, pues también hay un cruce que los preocupa.
“En este barrio deberían haber más policías muertos y también semáforos, por lo menos es esta calle principal donde pasan las busetas a toda velocidad”, concluyó Juana Pérez.
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