A las 10:00 de la noche del martes, en medio del aguacero que caía sobre la zona suroccidental de Cartagena, Nayibi Miranda Romero sintió como su casa tembló; un segundo después oyó el estropicio en la parte frontal de su vivienda. La verja fue arrastrada por la fuerza del arroyo y los pisos de la terraza se levantaron como si fueran “de cartón”.
“Yo no sabía que hacer ni para donde correr, la casa empezó a temblar y los vecinos me gritaban desde la calle que el arroyo se estaba llevando la reja, fueron momentos de angustia, pero más que eso fue una tragedia anunciada”, expresó Miranda quien responsabiliza de su desgracia al Distrito.
Asegura la mujer que desde que empezaron los trabajos de ampliación del caño Emiliano Alcalá su casa comenzó a agrietarse sin que los ingenieros responsables de la obra hicieran algo para subsanar la situación. Manifiesta que varias veces se dirigió a los profesionales encargados, pero estos le dijeron que no podían hacer nada hasta que la obra culminara.
“Una de ellas (una ingeniera) me contestó: mil veces me ha dicho lo mismo y mil veces le voy a responder igual, que no se puede hacer nada hasta que se termine la obra”, afirmó la mujer.
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Los trabajos en el canal Emiliano Alcalá empezaron en mayo de este 2017 adjudicados, mediante licitación, al Consorcio Canal Ricaurte. Hacen parte de las obras presupuestadas por la Administración para evitar las constantes inundaciones a la que se ven enfrentados los barrios Santa Mónica, La Plazuela, El Socorro y Villas de la Victoria en épocas de lluvias.
La obra, aprobada por el Departamento de Planeación Nacional, cuenta con un presupuesto $12 mil millones y según lo pactado con el contratista debería ser entregada en noviembre próximo, seis meses después de su iniciación. Contempla la ampliación de su cauce 7 metros y el revestimiento en concreto rígido para aumentar, así, su capacidad de evacuar las aguas lluvias; además de la culminación del conocido “puente mocho” del que tanto se ha quejado la comunidad.
EL CONTRATISTA DEBERÁ RESPONDER POR LOS DAÑOS
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El colapso parcial de la vivienda de Nayibi Miranda, situada en el sector 500 A, frente al colegio Techo Rojo, activó las alarmas en la Secretaría de Infraestructura Distrital debido a que este no sería el único inmueble del sector afectado con las obras.
Clara Claderón, titular de esta dependencia, manifestó que al final de la tarde de hoy debe recibir, de parte de un equipo de ingenieros de la Secretaría, un reporte sobre los inmuebles que puedan estar afectados con la obra.
“Esta mañana un grupo de ingenieros de la secretaría y de la interventoría de la obra se desplazaron a la casa colapsada para verificar la situación e identificar si otras viviendas tienen similares afectaciones. De encontrarse estas fallas, el consorcio contratista deberá responder por los daños a estos ciudadanos”, enfatizó Calderón.
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