Los habitantes del corregimiento insular de Bocachica por fin tienen agua potable.
La gestión se debe a Johan Dexter, ciudadano de Amberes (Bélgica) y presidente del Rotary Club Boom Bélgica, quien el año pasado, en su primera visita a esta zona se encontró con este hecho, según él, inconcebible en estos tiempos.
“Estaba con mi familia pasando vacaciones y viví en carne propia lo que no es tener agua potable del grifo. Es impensable para nosotros que eso todavía ocurra. Por eso, con la ayuda de varios conocidos en Bélgica, decidimos hacer algo para ayudar. Tal fue la acogida de la iniciativa que el año pasado recogimos unos 100 millones de pesos a través de la Fundación Afal”, dijo Dexter.
La Fundación Afal es una organización Belga de mujeres latinas, quienes bajo la presidencia de la condesa María Teresa Liedekerke, financian anualmente proyectos para América Latina.
El presidente del Rotary Club Boom Bélgica hizo el contacto con la fundación una vez llegó a su país y la condesa no dudó en apoyar económicamente esta gestión, que consistió en la instalación de un filtro.
A través de un sistema de ultrafiltración, el aparato ofrece agua potable y sostenible a bajo costo. Su efectividad ha sido probada en lugares del mundo donde se presenta una problemática similar a la acontecida en Bocachica.
Estarían en dos sitios
Inicialmente el proyecto estaba aprobado para que los filtros estuvieran en el puesto de salud de Bocachica y en la Fundación El Shadday, institución educativa que forma a más de 360 niños y jóvenes de este corregimiento y que no es ajena a la problemática del agua.
En el primer lugar, los habitantes de Bocachica no han podido disfrutar de este beneficio porque Aviatur, con quien se hizo la negociación, no concluyó los trabajos.
Sin embargo, Johan Dexter siguió buscando otras ayudas y fue así como el Club Rotario Cartagena Empresarial, el Club Rotario Boom-Rupel de Bélgica y el Club Rotario Endeavour Hills de Australia, aportaron los recursos para concretar finalmente la instalación del filtro “SkyHydrant”, pero solo en la Fundación El Shadday.
Para la profesora Nella Silva De Arco, este tipo de proyecto le devuelve la credibilidad a los bocachiqueros, los cuales han perdido la confianza en las autoridades locales y nacionales.
“Hoy que ya están los insumos, la gente de Bocachica ha empezado a creer. Saber que hay este primer avance y que son muchos los que podrán cocinar, tomar agua con tranquilidad, prepararse unos bolis, un almuerzo, eso para nosotros es desarrollo. Estas acciones le devuelven a uno la confianza y visibiliza la gestión de los diplomáticos y de este tipo de organizaciones sociales que trabajan por el bienestar de los pueblos más pobres”, expresó Nella.
Durante los meses de sequía, los pobladores de Bocachica se abastecen de los depósitos de aguas lluvias recogidas durante el resto del año, así como de agua proveniente de Cartagena a través de embarcaciones llamadas bongos (ambas fuentes de abastecimiento no garantizan el consumo idóneo de agua potable).
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