Transcaribe, baila con la más fea


Fueron 12 años de espera para ver operando y funcionando Transcaribe. Menos de “a media máquina está funcionando”. Está en una etapa pedagógica que es normal para poder ambientar el Sistema Integrado de Transporte Masivo, SITM,  ante la ciudadanía. Sin embargo, lo preocupante es hasta cuándo va esta etapa. Y lo que es peor, nada está terminado, falta de todo. Patio Portal, adecuación del sistema de recaudo,  chatarrización, organización del transporte marítimo, y lo más crítico, información a los usuarios sobre cómo van a ser las condiciones para transportase en los articulados. -Hoy la gente sabe que es gratis, pero no sabe que viene después-

Y quizás lo más inquietante, disminuir la oferta de transporte por la chatarrización y no funcione plenamente, es un riesgo. Se puede presentar un desabastecimiento de medios de transporte, que le ocasionaría  un daño enorme  a la ciudad.

La preocupación de los concejales y del pueblo en general, es, ¿quién va asumir los costos y gastos que acarrea la etapa pedagógica? Es un interrogante que persigue blindar las arcas de distrito ante unas eventuales pretensiones del operador privado por asumir la responsabilidad del servicio de transporte.  -No hay que olvidar que el ex alcalde Dionisio Vélez también responsabilizó al distrito de Cartagena como operador del sistema- Es un enredo como todo lo que se hace en la ciudad, que hacía el futuro nos costará mucho dinero y el distrito metiéndose la mano al dril. -El distrito tiene que comprar articulados-

No hay derecho que esto esté ocurriendo con el Megaproyecto que le va dar movilidad a la ciudad. -Con tanto tiempo, era para que entrara a operar con todas las de la ley-  Las dudas persisten en todos los ámbitos para su normal funcionamiento. Lo indecente y perverso de los dirigentes locales y nacionales es que nada está terminado. Hace falta mucho para entrar en operaciones  y pretenden rápidamente entregar al sector privado toda la infraestructura de Transcaribe como para salir de este elefante blanco que más de un dolor de cabeza les ha causado a este gobierno y al gobierno anterior.

Y al mismo tiempo, es también perversidad y codicia del operador privado, no asumir totalmente los costos y gastos de la etapa pedagógica. Es una postura mezquina y avara de un negocio que lo van a tener por muchos años, explotando a sus anchas y con el monopolio total del servicio de transporte. – El diseño y construcción de las vías corrió por cuenta del gobierno para que ellos exploten el negocio-

Pero, la incertidumbre mayor, es que el gobierno nacional está en crisis financiera, tiene el presupuesto deficitario por los efectos del precio del  petróleo, el proceso de paz y la atención de las víctimas. No hay de dónde coger. Ya vendieron Isagén, y eso ya tiene destinación específica. En conclusión el gobierno no le aporta un peso más a este proyecto, no habrá más CONPES para esto. Hay mucho despilfarro de dinero. Fue calculado en 270 mil millones y  casi llega a medio billón de pesos y está sin terminar. ¿Quién responde por lo que hace falta?

Quién lo creyera, tanto esperar la entrada en operación de Transcaribe, ahora baila con  la más fea  por culpa de  su etapa pedagógica. Como esta ciudad se convirtió en la campeona de los sobrecostos, -en todas las obras aparece la voraz corrupción-, hay que avistar y no vaya suceder que exploten al distrito por tanta premura en poner a rodar los articulados. Cartagena es testigo de estas concesiones o contratos con el sector privado, para  la muestra un botón; Aguas de Cartagena le factura al distrito por todas las acometidas en acueducto y alcantarillado. ¿Por qué si el distrito no es el único socio? La respuesta española, es que las inversiones que se hacen les quedan al distrito. ¿Y a quién le quedan las utilidades? -Queremos a Transcaribe operando lo más pronto posible en toda su dimensión y que venga con servicio de internet (wife) incluido-

 


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