Salvar los Lugares Sagrados de Cartagena de Indias:Una Cruzada Mundial


Salvar los Lugares Sagrados de Cartagena de Indias: Una  Cruzada Mundial .

Dramáticas son las declaraciones del arzobispo de la arquidiócesis de Cartagena, Monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal en torno al estado de conservación de los lugares sagrados de Cartagena, estado  escenificado en la ruina y en el posible derrumbe total de algunos de estos, situación que debe despertar    los más hondos sentimientos de vergüenza en todos los actores sociales   de la ciudad,  y en los entes del  interior y del exterior comprometidos con la salvaguardia del patrimonio para  de inmediato  convertir la reflexión  en acciones solidarias colectivas que permitan salvar  estos tesoros invaluables del legado  cultural de la humanidad .

Los lugares sagrados tienen razón existencial en los albores de la humanidad, cuando las primeras comunidades inician las  explicaciones  sobre la naturaleza circundante  a la cual terminan divinizando en sus múltiples manifestaciones del agua, las rocas, los árboles, los anímales y los astros observados en el espacio sideral,  confiriendo el carácter de dioses a los últimos y convirtiendo a los primeros en sitios divinos, objetos de respeto sacro, de peregrinación y  adoración.

En Cartagena de Indias, los lugares sagrados que datan desde el año 3000 antes de Cristo, fueron construidos por las culturas amerindias Pre Caribes de Canapote, Barlovento, Barú y Puerto Hormiga y muy posteriormente en el año 1000 D.C. por  las tribus de la familia lingüística de los Caribes cuyo adoratorio, comprobado de manera histórica en el siglo XVI   estuvo ubicado en el Cerro de La Popa y  dedicado al Dios Buziraco, a quien los cristianos confundieron con el demonio y   destruyeron  la rústica iglesia  del dios indígena para construir  el templo y convento de Nuestra Señora de La Candelaria, a partir del año 1606 siendo una rústica capilla de madera, hasta cuando  entre 1617 y 1622 se construyó  la magnífica construcción que hoy poseemos los cartageneros y la humanidad entera.

Con la llegada del siglo XVI, la historia general de Cartagena de Indias, cambia de manera radical y con esta las costumbres religiosas pues se destruyen las creencias de los indígenas y se persigue hasta el fanatismo los credos religiosos de los afroamericanos convertidos en esclavos por los traficantes europeos, liderados en primera instancia por los colonialistas españoles.

Empoderado el imperio español en nuestra América, el Cristianismo se convierte en la religión oficial de Cartagena de Indias, dando inicio temprano a la construcción de lugares Sagrados o templos, en lo que en nuestros días denominamos Centro Histórico.

Hoy, cuando cuatro de estos lugares sagrados:

La Iglesia Catedral,

La Iglesia de San Pedro Claver,

La Iglesia de Santo Toribio de Mogrovejo,

y  la Iglesia de Santo Roque,

 están amenazados de manera seria en su estructura física, es conveniente recordar su génesis y el  invaluable valor para  los creyentes y el patrimonio cultural de Cartagena, Colombia y la humanidad entera.

La Iglesia Catedral Santa Catalina de Alejandría, en sus orígenes estuvo ubicada en la actual Calle del Coliseo en el año 1537, siendo un modesto edificio de palmas, madera y cañas el cual destruyó el pavoroso incendio que amenazó con devastar a la naciente colonia española Cartagena de Indias en 1552.

Sin embargo, desde 1575 se tomó la decisión de construirla con materiales duraderos en el sitio que hoy ocupa, proceso que se prolongó hasta 1612, no sin antes sufrir  el ataque del corsario inglés Sir Francis Drake en 1586, el cual destruyó tres arcos de la iglesia, y después en 1600, el desplome de la nave mayor y una lateral sin huracán, ni terremoto!

El lugar sagrado  quedó bajo la advocación de Santa Catalina Virgen y Mártir, siendo el papa de la iglesia católica Clemente VII  y el rey de España Carlos V.

Así desde 1612, hasta el presente marzo del 2015, es decir  durante 403 años con varias modificaciones en su estructura original, la catedral ha estado al servicio del culto de los cristianos católicos, llegando hasta el lamentable estado físico que hoy presenta, de acuerdo con las fuentes documentales que entrega EL UNIVERSAL (Marzo 21 del 2015) con base en las declaraciones del Sr. Arzobispo de Cartagena sobre este templo y los demás sitios afectados.

Hoy, la nave central de la catedral, está seriamente dañada en su cubierta (techo), al igual que otras zonas, afectando la mayor parte de la iglesia; la torre, de manera igual, necesita ser intervenida.

La Iglesia de San Pedro Claver, ubicada,  también, en el antiguo Barrio de Santa Catalina fue una humilde capilla de 100 metros, insuficiente para  albergar a la abundante  feligresía que acudía a sus estancias.

Marco Dorta en su texto: “Cartagena de Indias, Puerto y Plaza fuerte”  Publicado en 1960 afirma que la construcción de la actual iglesia, la más bella e imponente según los expertos, no posee fecha documentada, pero se demuestra que en 1695  estaba decidida la construcción y se hacía acopio de materiales; en 1716 aparece en el plano de la ciudad, levantado por el ingeniero Juan de Herrera y Sotomayor.

Con diferentes nombres a través de la historia: San Ignacio de Loyola, San Juan de Dios y Finalmente el nombre que hoy posee, ha tenido diferentes usos  y vicisitudes relacionadas con  los conflictos políticos  que desde la colonia, hasta la época republicana tuvieron sus fundadores, los padres jesuitas, con la corona de España y los gobiernos liberales de Colombia del siglo XIX.

En nuestros días, este lugar sagrado presente fisuras en la cúpula y su reparación está avaluada en 2.200 millones de pesos, de acuerdo con la fuente documental citada.

La Iglesia de Santo Toribio de Mogrovejo, ubicada en el antiguo barrio de su nombre, es la más afectada, pues de acuerdo con las declaraciones del arzobispo los cimientos de  la casa cural se vinieron abajo por el impacto de una construcción vecina y la cubierta, hoy en proceso de recuperación está también seriamente afectada.

 La construcción de este templo se inició en1665 pero sólo se avanzó hasta los cimientos, por falta de recursos económicos; En 1730, superada la crisis   concluyó la construcción y fue consagrada en 1736.

Hoy, junto con la Catedral y La Iglesia de la Santísima Trinidad constituye el único trio de templos separados de sus conventos en Cartagena de Indias.

Finalmente, la Ermita de San Roque está también afectada en su estructura; construida en Getsemaní, entre las Calles de La Media Luna y del Espíritu Santo fue erigida originalmente en calidad de Capilla del Hospital de Incurables de este nombre, regentado por los sacerdotes de la Orden de San Juan Dios (Juaninos).

La  construcción de la iglesia se inició en 1652, para cumplir con la promesa que el Cabildo Municipal le hizo a San Roque, por poner fin  a la peste que en ese tiempo azotaba la ciudad; en 1665 se superaron las dificultades  que paralizaron las obras iniciales y el rey de España autorizó al gobernador de la ciudad para que no pusiese obstáculos a los trabajos reiniciados.

En nuestros días de marzo del año 2015, cuando los    templos referenciados   tienen la existencia en grave riesgo es necesario realizar la movilización social de  la comunidad cartagenera, del Caribe, Colombia y del exterior, para lograr la salvación de estos cuatro emblemáticos lugares sagrados.

En primera instancia es necesario gestionar con mayor fortaleza los recursos ante las entidades responsables y oferentes del Distrito y el Departamento, como son la alcaldía mayor, la gobernación y el Concurso Nacional de Belleza, sin olvidar el ente nacional de mayor responsabilidad en la conservación del patrimonio  como lo es el Ministerio de Cultura.

En segundo Lugar debe gestionarse el apoyo de UNESCO,  en calidad de guardián del patrimonio mundial, a la par de la OEA, la OEI, el Convenio Andrés Bello  y otros entes internacionales defensores del legado mundial de las generaciones antepasadas.

Así mismo debe convocarse en su conjunto a todas las empresas nacionales e internacionales con agencias en Colombia, a una cruzada de salvación de  los templos  en mención, en especial, a las empresas del sector financiero, las de mayor utilidad y rentabilidad a nivel mundial.

En tercera instancia es necesario convocar  la comunidad  de los cristianos a nivel mundial, El Caribe, Colombia, Bolívar y Cartagena de Indias, sin distingo de secta, comunidad o asociación alguna, partiendo de la base que los templos católicos, al igual que otros del mismo orden rinden culto a Jesús el Mesías Salvador.

En última instancia debe convocarse, de manera especial, la movilización social de los estudiantes de todos los niveles de Cartagena; es esta la oportunidad para que mediante un gran acuerdo entre la arquidiócesis, la Secretaría de Educación Distrital   y los rectores de las universidades y establecimientos educativos para la educación y el trabajo lleven a cabo un gran cruzada para salvar los lugares sagrados de la ciudad.

Se trata de una gran movilización en la cual cada establecimiento educativo gestionará la solidaridad económica con este propósito vinculando de manera especial a las familias de todos los estratos sociales, movilización que debe ser liderada por el párroco de  cada iglesia.

Desde ya la institución Educativa Fernando de la Vega, la cual   rectoro está a la disposición para liderar la campaña desde la escuela y así demostrar con hechos que el patrimonio cultural religioso si nos importa y hay que salvarlo a como dé lugar!

Mención aparte merece la gestión que debe iniciar o  fortalecer  la curia, para lograr la respectiva indemnización que debe dar la empresa  constructora que  dañó la estructura de la Iglesia de Santo Toribio.

Todo lo anterior debe estar acompañado de una intensa campaña de  motivación, senbilización y educación en torno al patrimonio amenazado y en torno a los lugares sagrados de Cartagena colonial.

Tal vez,  el  libro de mi autoría “Lugares Sagrados de  Cartagena Colonial” representa un hito  anticipado  de esta campaña de salvación patrimonial, la cual es obligación de toda la comunidad cartagenera, de manera especial de aquellos quienes somos discípulos  de las palabras liberadoras de Cristo Jesús El Mesías.

La celebración de la Semana Santa,  es buen tiempo para reflexionar y actuar en defensa  de uno de los patrimonios más valiosos que tiene la humanidad: Los lugares Sagrados.


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